DESDE EL ATEÍSMO

Focus: Sociedad
Fecha: 20/02/2018

Siempre he considerado que el tema religioso es un tema privado. Cuando se sale de esta dimensión y ocupa un espacio público, que es de todos (religiosos y no religiosos) me parece una apropiación indebida.

Conozco a gente religiosa a la que respeto y admiro. Son gente abierta, bondadosa, que reservan sus ritos a la intimidad y ajustan su conducta a sus creencias. Tengo la sensación de que son pocos respecto a los que se declaran católicos, en esta democracia autoritaria en la que estamos secuestrados.

La verdad es que siento pena por ellos. Pertenecen a una religión que en España siempre ha estado vinculada al poder, a un poder corrupto que ha maltratado a sus ciudadanos hasta convertirlos en siervos.

Las continuas componendas entre la cruz y la espada explican la miseria de un Estado decadente. Ha sido un continuo, sin apenas espacio para romper el silencio a favor de los castigados, de los maltratados, de los desheredados. Ya se vio en la guerra civil, con sus bendiciones a las tropas fascistas bajo el lema de la Cruzada. Y se sigue viendo ahora, cuando la jerarquía de esa religión institucionalizada fomenta el odio contra los catalanes a través de sus medios de comunicación (la COPE y la Trece, como buques insignia), y los feligreses (tan católicos ellos) aplauden los discursos de esa banda de facinerosos.

Que el señor Cañizares diga que la “unidad de España pertenece al orden moral que se asienta sobre la verdad”, es, además de un trabalenguas, una majadería. Y el señor Cañizares es arzobispo, no un monaguillo que pasaba por allí.

Que el señor Jorge Mario Bergoglio, que con el título de papa Francisco es la máxima autoridad de ese credo religioso, no emita ninguna opinión sobre la violencia ejercida contra ciudadanos pacíficos o contra el encarcelamiento preventivo injustificado de unos líderes políticos, es una vergüenza. Que incluso los obispos catalanes, que han tenido ocasión de ver directamente estos atropellos, hagan simplemente una velada declaración de concordia, es para llorar. La posición personal de algunos monjes íntegros – que los hay – no resuelve el tema de fondo.

Yo soy ateo. Lo observo desde la distancia y no me afecta. Pero estos días y releyendo la autobiografía de Darwin,  he encontrado este texto: “Ahora me cuesta entender como alguien puede creer que el cristianismo es cierto, ya que está claramente escrito que los hombres que no creen  –y aquí incluiría a mi padre, a mi hermano y a muchos de mis mejores amigos–  recibirán un castigo eterno. Esta es una doctrina detestable”.

 

*** Nota: No hay que perderse el detallado reportaje de “Público” sobre los vínculos entre los coroneles de la guardia civil señores Pérez de los Cobos y Baena, y la doble figura de este último (jefe de la Policía Judicial en Catalunya y responsable de los informes sobre el proceso catalán, y al mismo tiempo twittero antiindependentista). Estos informes son los que utiliza el Juez señor Llarena para poder imputar y encarcelar a nuestros presos políticos.  ¡Increíble!

*** Ver en “De otras webs”.

Alf Duran Corner

 

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