CORNUDOS Y APALEADOS

Focus: Política
Fecha: 22/11/2002

Los ciudadanos corrientes (profesionales, empresarios, artesanos, empleados, etc.) que por alguna razón gozan, aunque sea puntualmente, de una cierta notoriedad, son inmediatamente sometidos a la disección de esos personajillos de baja estofa que, amparados en su condición de periodistas, se dedican a prácticas sádicas, que van desde el insulto a la injuria y la calumnia.

Acostumbrados a moverse entre “famosillos” y políticos de medio pelo, con quienes el juego sado-masoquista surte efecto, piensan que todo el campo es orégano y disparan a matar, sin importarles la pieza.

Algunos medios de Madrid (entre los que destacan La Razón, la Cope, el ABC, Antena 3 y el Mundo) cuentan entre sus huestes a genuinos representantes de la cutrería mediática. El problema es que su nefasta influencia pueda extenderse a otros dominios territoriales.

El periodismo en general y el mal llamado “periodismo de investigación” confunden la democracia con la intromisión y la desvergüenza.

Si no juegas a su juego, te pueden crucificar.

Algunos se justifican con el argumento de que si no rompes las formas no alcanzas la cruda realidad. Simples coartadas para ocultar sus deficiencias.

A Denis Halliday, que fue secretario general adjunto de las Naciones Unidas y que dimitió por estar en contra del bloqueo contra Irak (que ha causado millares de muertos entre la población infantil), le espetaban el otro día si “cobraba del régimen de Saddam”. Denis Halliday, hijo del famoso líder pacifista irlandés, se mostró ofendido, pero el periodista de turno apenas se excusó.

Poca deontología y demasiado bastardo.
Alf Duran Corner

 

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