DEMASIADO GRANDE PARA QUEBRAR

Focus: Economía
Fecha: 02/12/2011

El 10 de febrero del 2010 escribí un artículo sobre el concepto “Too Big To Fail” (que puede volverse a leer en mi fondo documental / artículos), en el que citaba el riesgo sistémico que podía suponer para el mundo la quiebra de algún banco universal. El tema no era nuevo, pero había rebrotado tras la caída de Lehman Brothers.

Ahora el concepto se ha institucionalizado, pues el G/20 ha dado instrucciones a su brazo bancario (el Financial Stability Board) para que desarrolle un conjunto de procedimientos que eviten pueda repetirse un escenario de crisis global. Y lo primero que ha hecho el FSB, siguiendo una metodología que declaran ser objetiva, es publicar la lista de las grandes instituciones bancarias que pertenecen al club de los “Too Big To Fail”. Este club exclusivo, que cada año puede ser renovado, la forman 17 bancos europeos, 8 estadounidenses, 3 japoneses y uno chino.

Y, en última instancia, ¿qué significa esto? Pues que este grupo de privilegiados –por muy controlados que estén y por mucho que tengan que aumentar su capital nuclear- podrán seguir practicando sus peligrosas operaciones financieras, a sabiendas de que están protegidos. A esto los economistas le llaman “riesgo moral”, por el que una persona, empresa, banco o institución (e incluso un país) podrían cambiar sus comportamientos si estuvieran expuestos completamente a las consecuencias de sus acciones. Pero ellos están cubiertos, tienen un seguro a todo riesgo. Así fomentamos la imprudencia de prestatarios y prestamistas.

El debate está abierto. Andrew Haldane, del Banco de Inglaterra, declaró recientemente que la diferencia entre la época actual y la Edad Media, es que entonces el mayor riesgo para los bancos era el Soberano, y ahora el mayor riesgo “soberano” son los bancos. Sorprendentemente el Nobel Paul Krugman defiende el modelo, en tanto que el expresidente del Federal Reserve Board (Alan Greenspan) sentenció: “Si son demasiado grandes para quebrar, es que son demasiado grandes”.

Y buena prueba de que Greenspan en esta ocasión tiene razón es que el valor de los activos de algunos de esos bancos es muy superior al PIB de su país de origen.

Lo que lleva a la conclusión de que los miembros del G/20 y del Financial Stability Board son simples empleados bien remunerados. O a lo mejor, no.

Alf Duran Corner

 

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