EL POLVORIN

Focus: Política
Fecha: 22/12/2006

La estrategia histórica de cualquier movimiento guerrillero, que sabe que no puede abatir al poder dominante pero sí puede deteriorarlo, pasa por el convencimiento de que “cuanto peor, cuanto mejor”.

A lo largo de los últimos años de la larga administración republicana, el gobierno de Estados Unidos ha actuado, en las formas, como si compartiera esa filosofía.

No se puede hacer peor.

Es por ello que la mayoría demócrata en las cámaras lo va a tener muy complicado para salir de este embrollo.

Si nos limitamos a los datos objetivos, nos encontramos con el siguiente panorama:

1. La invasión de Irak y el derrocamiento de Sadam Hussein ha liquidado una plataforma laica en un contexto teocrático. Sadam es sunita étnicamente, pero su proyección religiosa, si existía, era de naturaleza privada.

2. Los americanos han apoyado en Irak a la mayoría chiíta, que está vinculada a los movimientos fundamentalistas islámicos que controlan el poder en Irán.

3. Los chiítas son a su vez la mayoría religiosa más importante del Líbano.

4. Incluso el gobierno proamericano de Bagdad es beligerante con el Estado de Israel, que es a su vez el gran aliado de Estados Unidos en la zona.

5. Si el ejército estadounidense se queda en Irak, el “síndrome del Vietnam” (goteo de muertos) continuará.

6. Si se van, se producirá una guerra civil a gran escala entre chiítas y sunitas. Estos segundos, en franca minoría, recibirán el apoyo económico de sus hermanos saudíes.

7. Arabia Saudita es uno de los principales productores de petróleo, gran proveedor de Estados Unidos y de valores antidemocráticos de corte hiperreligioso sunita. Para sus ulemas, los chiítas son idólatras que deberían ser exterminados.

8. Los palestinos son mayoritariamente sunitas, pero no hacen de esto una bandera.

9. Cada vez se hace más evidente la afinidad política y religiosa entre Irak e Irán.

10. Si estos dos países se aliaran a medio plazo, podrían llegar a marcar el precio del petróleo en los mercados internacionales.


No hay salida fácil, ni líderes mundiales capaces de encontrar nuevos caminos.

La herencia de Bush Junior y sus aliados es nefasta.

Maldito embrollo.
Alf Duran Corner

 

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