FELIZ AÑO NUEVO

Focus: Sociedad
Fecha: 24/12/2001

El 2001 ha sido el año de la catarsis, del desplome físico y moral de una sociedad desquiciada. Una sociedad gobernada por mediocres que no aciertan a visionar el futuro.

Lo tiene fácil el 2002 para ser relativamente mejor.

No es que las cosas vayan a cambiar, ni a mejorar sustancialmente. Es que es difícil que empeoren.

Y no hablo de la renta per capita, ni del consumo familiar, ni de la balanza por cuenta corriente. Probablemente el mundo occidental (la gran burbuja blanca) se comportará en términos económicos de forma similar al año actual.

Hablo de la ética, del civismo, de la libertad, de la tolerancia, del respeto.

En sus discursos navideños, los conductores del rebaño utilizarán estas palabras, pero sus actos han probado y probarán que son palabras vacías de contenido.

El problema es que no entienden nada. Son poco rigurosos en el análisis, simples en el diagnóstico y burdos en el tratamiento.

J.D.Salinger, en su extraordinaria novela "El guardián en el centeno" hacía relatar a su personaje central:

"He dicho que no, que no habrá sitios maravillosos donde podamos ir una vez que salgamos de la universidad. Y a ver si me oyes. Entonces todo será distinto. Tendremos que bajar en el ascensor rodeados de maletas y de trastos, tendremos que telefonear a medio mundo para despedirnos, y mandarles postales desde cada hotel donde estemos. Y yo estaré trabajando en una oficina ganando un montón de pasta. Iré a mi despacho en taxi o en el autobús de Madison Avenue, y me pasaré el día entero leyendo el periódico, y jugando al bridge, y yendo al cine, y viendo un montón de noticiarios estúpidos y documentales y avances de las próximas películas. ¡Esos noticiarios del cine! ¡Dios mío! Siempre sacando carreras de caballos, y una tía muy elegante rompiendo una botella de champán en el casco de un barco, y un chimpancé con pantalón corto montando en bicicleta. No será lo mismo. Pero, claro, no entiendes una palabra de lo que te digo."

Han pasado cincuenta años desde la publicación de la novela, pero el mensaje es el mismo: no entienden una palabra de lo que digo.
Alf Duran Corner

 

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