JUDIOS ULTRAORTODOXOS

Focus: Política
Fecha: 23/05/2008

Israel presume de muchas cosas: es un país joven (apenas sesenta años), moderno, tecnológicamente avanzado y aparentemente democrático.

Su mayor vergüenza es su relación con los árabes y en especial con los palestinos, a los que expulsó violentamente de su territorio y continúa vejando, ante la mirada complacida e hipócrita del mundo occidental.

Pero tiene un problema añadido de carácter interno que trata de ocultar: la poderosa fuerza de los “judíos ultraortodoxos”.

La religión continúa teniendo en Israel un papel dominante, a pesar de los esfuerzos de los grupos laicos a favor de la racionalidad. Los partidos religiosos ( Shas y United Torah Judaism ) son muchas veces necesarios para obtener mayorías parlamentarias, y es por ello que tanto la derecha como la izquierda los protegen especialmente.

Los ultraortodoxos son unos 800.000 en un país de siete millones cien mil habitantes, de los que un millón setecientos son árabes, que en muchos aspectos son ciudadanos de segunda clase.

Los ultraortodoxos no hacen la milicia obligatoria, viven en barrios separados, no tienen tele ni ordenadores en sus escuelas, exigen la etiqueta “Kosher” a sus alimentos, hacen publicidad sobre como “prepararse para la venida del Mesías”, viven de las subvenciones del Estado, se dedican mayoritariamente a estudios religiosos y sitúan a sus mujeres en la parte de atrás de sus autobuses.

Esto es tan tercermundista como el “espectáculo” de los toros en la “moderna” capital del Estado español.

El que fue primer jefe de gobierno de Israel ( Ben Gurion ) dijo que no permitiría que su país acabara siendo un estado teocrático.

Pero esto no es sólo un estado teocrático. Es un esperpento.
Alf Duran Corner

 

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