LA GUERRA DE PAPA

Focus: Política
Fecha: 10/12/2001

El presidente norteamericano Bush ha tomado el testigo de su padre y ha querido demostrarle que en esto de las guerras, y las muertes que las mismas llevan aparejadas, su "performance" supera a la de su progenitor.

La guerra de Afganistán está prácticamente terminada. Todavía ahora no existe suficiente evidencia empírica sobre la participación directa o indirecta de Bin Laden en el atentado terrorista de las Torres Gemelas. Pero éste es un tema intrascendente.

Noam Chomsky, el veterano profesor del MIT y conciencia crítica de la sociedad estadounidense, declaraba recientemente: "... Pese a la verosimilitud de la acusación y al esfuerzo sin precedentes para hacerlo, la documentación es sorprendentemente escasa. Sólo una pequeña parte de ella tiene que ver con los crímenes del 11-09. Y esa pequeña parte no sería tomada en serio, si se presentara como una acusación contra actos criminales de Estados occidentales o sus aliados. El "Wall Street Journal" describe con acierto los documentos "más como una acusación, que como evidencia detallada", y relega el reportaje a la última página. El Journal señala -también con acierto- que no importa y cita a un veterano funcionario de Estados Unidos: "La causa criminal no viene al caso. El plan es eliminar al señor Bin Laden y a su organización".

La caza de Bin Laden es una coartada para continuar la guerra sucia en el interior de Estados Unidos y resucitar las locuras del fallecido senador McCarthy. En el país de las libertades aprendí la primera clase de segmentación entre los "depression babies" y los "bomb babies" (los hijos de la depresión y los hijos de la bomba) y su distinta manera de enfocar la vida.

Si nadie lo remedia, ahora aprenderemos, a nuestro pesar, una segunda clase de segmentación entre "patriotas" (los que dicen "sí señor" a cualquier ocurrencia del Sr. Bush) y "terroristas" (los que cuestionan su actuación, sin dejar de sentirse norteamericanos).
Alf Duran Corner

 

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