LA TECNOESTRUCTURA

Focus: Política
Fecha: 14/12/2007

En 1947, John K. Galbraith publicó un penetrante ensayo, con el título “El nuevo Estado Industrial”, sobre la escisión entre la propiedad de la empresa y los que la dirigen. Para el economista norteamericano, el poder había cambiado de manos y quienes lo controlaban eran los directivos: el management.

La hipótesis de Galbraith sigue vigente y de ahí las desagradables sorpresas que se llevan algunos inversores cuando compran una empresa: la tecnoestructura permanece porque conoce perfectamente el día a día del proyecto económico.

Este fenómeno se ha extendido al ámbito de lo público. Cambian los gobiernos, cambia el partido dominante, pero la tecnoestructura sigue, por mucho que se afanen en cambiar a algunos directores generales.

En el campo de la Administración del Estado, la tecnoestructura está constituida por una élite de funcionarios adscritos al poder central, que han visto como, a lo largo de los años, algunas de sus más importantes atribuciones han pasado a otras manos.

Europa por un lado (Banco Central Europeo, Parlamento Europeo, Comisión Europea, etc.) y las autonomías y los ayuntamientos por el otro, les han ido restando competencias.

Es por ello que hacen lo imposible para justificar su posición e imponer sus procedimientos, potenciando lo propio en detrimento del resto. Aena, Agencia Tributaria, Comisión Nacional del Mercado de Valores, Renfe, Adif, Comisión Nacional de Energía, etc. Todo centrado en la capital del Estado.

Esta especie de “quinto poder” es quizás el más nefasto para el normal desarrollo de una España plural.

Repasemos “El arte de la guerra”: si conoces bien al enemigo sabrás por donde atacarle.
Alf Duran Corner

 

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