LA VULGARIDAD

Focus: Sociedad
Fecha: 06/11/2000

En las corrientes migratorias del pensamiento y la acción, la cultura va de arriba abajo o de abajo arriba. La cultura entendida como conjunto de "mores", de usos, costumbres, creencias, ideas, héroes y modelos de referencia.

Durante largos siglos, en especial desde el Renacimiento y la confirmación del pensamiento ilustrado con la Revolución Burguesa, la cultura fue de arriba abajo y las elites intelectuales, políticas y sociales conformaron un estilo que, con todas sus discrepancias, orientó a la sociedad hacia el progreso continuado.

Con la irrupción de los grandes medios de comunicación y en particular con la sacralización de la televisión como padre orientador de valores, el paradigma cultural ha cambiado, quizás irreversiblemente.

Lo popular, en el sentido más peyorativo del término, ha cobrado un nuevo protagonismo y llena todos los espacios del universo mediático.

No sólo las telenovelas son vulgares y su estética rematadamente kitsch, sino que los programas estelares ("el gran hermano", "el bus" y toda esa zarandaja de supuestos experimentos psicosociales) ofrecen historias, no precisamente ejemplares, de gente anodina y poco original, que se expresa en un lenguaje barriobajero y ordinario.

Algunos publicitarios se sumergen en la corriente (la similitud percibida mejora la atracción) y nos brindan spots de la misma guisa.

No sólo eso sino que las tertulias se contagian y hasta distinguidos líderes políticos se apuntan, con escasa dificultad, a este desatino.

Hay una confusión terrible al pensar que uno de los derechos de la democracia es ser cada día más zafio, más grosero, más vulgar.
Alf Duran Corner

 

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