LOS SESENTAYOCHISTAS

Focus: Política
Fecha: 27/09/2002

Ignacio Sotelo lo había predicho desde su atalaya académica en Berlín: la Alemania luterana no permitirá un gobierno de Stoiber.

La plácida y rica Baviera, donde se asientan las raíces de los socialcristianos herederos de Strauss, aseguraba hace seis meses un triunfo aplastante de la derecha conservadora.

Sin embargo las urnas le han dado la espalda por dos razones básicas.

La primera porque en una situación de crisis (la naturaleza desbordada de los poderosos ríos alemanes), el canciller Schroeder ha demostrado tener más reflejos. Se ha calzado las botas y ha tomado medidas inmediatas, aun a sabiendas de que se saltaría las limitaciones presupuestarias de Maastricht. No en vano es hijo de la escasez y sabe lo que es la penuria.

Stoiber estaba de vacaciones y el barro llega primero a los barrios más humildes.

La segunda porque apenas se contaba con los Verdes, que ha dejado de ser un partido con perfil de ONG para transformarse en una fuerza política de gran implantación y fuerte credibilidad.

Para ello, su líder Joschka Fischer ha sabido encontrar un camino entre los fundamentalistas de las corrientes originales y los pragmáticos de las nuevas generaciones. Joschka Fischer es un líder nato, que apuesta por la unidad política europea y que fue de los primeros en señalar, junto a Felipe González, que la unidad monetaria por sí sola no iba a ninguna parte.

El político más popular de Alemania ha tenido detractores, que han sacado los para ellos “trapos sucios” de su juventud rebelde y contestataria. Pero el efecto “boomerang” se ha producido y su pasado no ha hecho más que reforzarle.

Los que apostamos por un desarrollo sostenible, no podemos más que felicitarnos por los resultados de las elecciones alemanas.

Hay un cierto aroma del sesenta y ocho. Esperemos que dure.
Alf Duran Corner

 

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