MARBELLA / 2

Focus: Política
Fecha: 31/10/2003

Las elecciones de la Comunidad de Madrid han dado el triunfo al Partido Popular, que así ha revalidado el poder de la tripleta central: gobierno del Estado, gobierno del Municipio, gobierno de la Comunidad.

Como es habitual en esta España machadiana (mitad conservadora, mitad progresista), los resultados totales son muy similares: 1.333.000 votos para la derecha y 1.306.000 para la izquierda. Pero basta un escaño para imponer la “mayoría absoluta” y negar el pan y la sal a los derrotados en las urnas.

El problema surge cuando los “poderes compensatorios” pensados por los padres de la democracia (el legislativo y el judicial) no cumplen su función y se limitan a ser correas transmisoras del ejecutivo.

Entonces acabamos cayendo en el despotismo. Y, en este caso, en el “despotismo no ilustrado”.

Es cierto que el partido socialista ha cometido muchos errores y ha pagado por ello. Pero todavía es más cierto que todo se ha urdido en las cloacas del partido popular, que nunca estuvo dispuesto a perder unas elecciones que consideraba claves para su proyecto imperial.

Ahora ya nadie se acuerda del soborno de Tamayo y Sáez (qué buena película hubiera hecho Fritz Lang), del director financiero de una empresa de fotocopias que no recordaba donde trabajaba o de los espabilados hijos del chofer de un ministro de Franco, que acabaron siendo “ricos y famosos”, gracias a la recalificación de terrenos a gogó.

Uno puede vivir en el barrio de Salamanca y mancharse las manos con el aceite del bocadillo. Que el presidente en funciones de la comunidad y alcalde de Madrid, señor Ruiz Gallardón, haga un discurso institucional de cierre de elecciones y adelante unos resultados no oficiales, es de un pésimo gusto. Que los yacimientos del PP (Retiro, Moncloa-Aravaca, Ciudad Lineal, Fuencarral-Pardo, Salamanca) tarden en escrutar mucho más tiempo que el resto y así la competencia crea ingenuamente que va a ganar (con el 85% de votos escrutados) es propio de una partida de trileros.

Claro que todo tiene sentido (la prueba de coherencia interna) si tenemos en cuenta que la triunfante ganadora, señora Esperanza Aguirre, declaró hace un tiempo no conocer a la cantante Sara Mago (el periodista se refería, claro está, al novelista y premio Nobel de literatura José Saramago). Y esta señora fue ministra de Educación y Cultura...!

A este paso, Madrid acabará convirtiéndose en Marbella/2.
Alf Duran Corner

 

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