OPCIONES PERSONALES

Focus: Sociedad
Fecha: 18/02/2005

Hay un viejo proberbio, como casi siempre interesado, que dice que “quien a los diecicocho años no es revolucionario es que no tiene corazón y quien sigue siéndolo a los cuarenta, es que no tiene cabeza”.

Es cierto que querer romper con lo establecido exige una capacidad física más propia del primer tercio de la vida, que de las otras dos etapas. Pero también es cierto que en las actuales circunstancias la energía vital de la juventud se pierde por otros derroteros.

Si analizamos el fenómeno desde la óptica del horizonte temporal, cabe pensar que los proyectos de futuro se reducen a medida que transcurren los años, lo cual favorece también a las generaciones más jóvenes, más propensas a especular sobre sus esperanzas que a reflexionar sobre sus experiencias.

Se puede añadir que los años tienden a fomentar el “conservadurismo” por dos razones esenciales : porque biológicamente hay que administrar bien los recursos que nos quedan y porque económicamente hay que gestionar lo poco o mucho acumulado a largo de una vida de trabajo.

Pero como bien ha demostrado la estadística, hay gente que se sale de la curva de la normal. Y son gente sobre los que merece la pena un análisis más puntual.

Un primer grupo es el constituido por aquellas personas que fueron formalmente muy “revolucionarios” en su juventud y son ahora, en la madurez, muy conservadores. Este giro copernicano viene casi siempre determinado por el disparo de su renta. Ajustan su ideología a su bolsillo.

Un segundo grupo es el de los jóvenes conservadores, que subliman las exigencias de su “ello” a través de las religiones más ortodoxas y ordenancistas. Están más cerca de la sociopatía que de otra agrupación sociológica.

Un tercer grupo es el de los revolucionarios impenitentes, que mantienen una actitud crítica frente al sistema, cualquiera que sea su edad. Son el testimonio minoritario de una conciencia reivindicativa.

Cualquier ubicación es posible si uno está dispuesto a aceptar las reglas de una democracia representativa.

Porque en definitiva lo que cuenta es la coherencia, el compromiso con la libertad y la justicia, el respeto por la otredad.

¿ Dónde se ubica usted ?.
Alf Duran Corner

 

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