PAPANATAS

Focus: Sociedad
Fecha: 01/03/2018

Se dice de quién es excesivamente crédulo, excesivamente simple o que se asombra por cualquier cosa.

Estos días, tan señalados, hemos vivido una ola de papanatismo, por lo que resulta difícil elegir entre tantas opciones.

Vamos a tomar una, muy celebrada por los nacionalistas españoles, que se refiere a una parte de los resultados de la última encuesta del Centre d’Estudis d’Opinió sobre Context polític a Catalunya 2018”.  Esta encuesta se llevó a término entre los días 10 a 30 de enero en todo el territorio catalán. Cualquiera que tenga una cierta formación estadística podrá consultarla en la web del centro. Y aquí lo importante no son los resultados sino la metodología seguida, el tamaño y composición de la muestra, el cuestionario, etc.

Ya hemos comentado en otras ocasiones que cualquier sondeo o encuesta, aunque esté muy bien hecho (tanto en el diseño como en la realización práctica, que se concreta en el perfil del encuestador), vale para señalar unas tendencias y poca cosa más. Entre otras razones porque en psicología social se sabe que la distancia entre el binomio actitud-intención y la conducta es más grande de lo que se supone.

En el caso que nos ocupa y ciñéndonos sólo a una parte de los resultados, se nos dice que el independentismo ganaría en el Parlament (obtendría cuatro escaños más que los alcanzados el 21 de diciembre) pero bajaría de forma notable frente al españolismo en el posicionamiento popular respecto a la independencia.

La pregunta concreta estaba construida así: “¿Y, más concretamente, quiere que Catalunya sea un estado independiente?  Y la respuesta era: Sí 40,8%. No 53,9%.

Éste “y, más concretamente” viene a colación de la pregunta anterior, que dice: “Cree que Catalunya tendría que ser...” Y las respuestas son: Una región de España 6,6%. Una comunidad autónoma de España 36,3%. Un Estado dentro de una España federal 19,4%. Un Estado independiente 32,9%. No sabe 2,8%. No contesta 2%.

En matemáticas hay un principio conmutativo que dice que el orden de los factores no altera el producto. En este caso, las cifras nos dicen una cosa distinta de la anterior. Si sumas los que piensan que Catalunya tendría que ser española (6,6 + 36,3) tienes un 42,9%. Si sumas los que quieren que sea un Estado (dentro o no de una España federal) tienes un 52,3%. Hay algo que chirría.

Es cierto que hay mucha ignorancia sobre las estructuras políticas, pero a estas alturas yo creo que la mayoría de la gente sí sabe distinguir lo que es Catalunya como Comunidad autónoma de lo que podría ser Catalunya como Estado.

Para acabar la empanada y aplicando un modelo (que no nos cuentan), el CEO establece una estimación de los escaños en el Parlament si se votase ahora. Y en esa estimación los partidos independentistas se moverían entre un máximo de 74 y un mínimo de 69, y los españolistas entre un máximo de 55 y un mínimo de 51. A los de CeC-Podem les dan 8 escaños, pero ya sabemos que estos no juegan en esta liga. Y no es, como algunos medios han apuntado, que se produzca una paradoja en todo ello; es que no se ajusta a la lógica más elemental.

No quiero entrar en otros aspectos técnicos del trabajo, que yo, si lo hubiera encargado, no lo pagaría.

Pero regresando al comentario inicial, lo que sí resulta grave es el tratamiento informativo que se ha dado a todo esto. Que el señor Rajoy y sus colegas y amigos se apoyen en parte de estos resultados para celebrar (una vez más) el fin del procés es lo esperado. Que también lo hagan los medios españolistas, incluidos los catalanes (La Vanguardia y el Periódico y sus cadenas de radio y televisión afines), también es normal.

Pero que los medios catalanes (pro independencia o no) practiquen el más descarado papanatismo, con titulares a toda plana sobre el “desastre” que se avecina (como hizo el ARA), es un insulto a la inteligencia.

La obligación de una redacción periodística es analizar en profundidad los hechos y, a partir de ellos, informar sobre los mismos. No me vale que digan que son de “letras” y no saben interpretar los datos. El rigor es una exigencia, máxime cuando trabajas desde una plataforma de comunicación.

Y si no sabes hacerlo, déjalo y dedícate a otra cosa.

Alf Duran Corner

 

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