PPSOE

Focus: Política
Fecha: 22/06/2017

Los herederos del franquismo (primero Alianza Popular y después Partido Popular) han representado muy bien a la derecha española en su amplio espectro y es por esta razón que en España no hay extrema derecha. Como dicen los cursis, todas las sensibilidades caben en su plataforma de poder. Han jugado su papel con habilidad y se han puesto un disfraz para aparentar que se sienten cómodos con  la democracia, aunque de hecho no sepan bien que significa este concepto. Por sus obras los conoceréis, dice el clásico. Y, en su caso, sus obras son profundamente antidemocráticas.

La izquierda oficial (PSOE) se ha ido diluyendo, a medida que las generaciones que todavía recordaban la guerra han desaparecido. Sus históricas proclamas de libertad y democracia se han aguado. Su unidad central se ha convertido en una importante agencia de colocación (parlamentos, alcaldías, diputaciones, instituciones, empresas públicas, etc.). Los cachorros de la posguerra han colocado en el baúl de los recuerdos sus rebeldías juveniles. Los “progres” de antaño se han hecho “yuppies”, en versión española. Sus contactos les han ofrecido oportunidades de negocio y las han aprovechado. Sus discursos suenan a rancio y no se los cree nadie. Cada vez se parecen más a sus competidores, en  las formas pero también en el fondo.

Será por ello que sus representantes más notorios (hablar de “liderazgo” sería un pecado que Max Weber no nos perdonaría) son intercambiables. Susana Díaz podría ser la portavoz del PP en el Congreso y Rafael Hernando secretario de organización del PSOE. En el almacén de viejas glorias que constituye el Senado, el señor Felipe González podría compartir escaño  y copa con el señor Arenas Bocanegra (llamativo apellido) y el prepotente señor Agramunt con el triste señor Montilla. Todo queda en casa. Fraternalmente unidos en una España “una, grande y libre”, e indisoluble, como la arena.

Y es justamente el tema de la “indisolubilidad”, junto al de la “soberanía”, los que dan mayor cohesión a estos especímenes que la clase política española ofrece a sus ciudadanos. El PPSOE es una versión actualizada del “movimiento nacional”, aunque paradójicamente en este colectivo, lo que es moverse no se mueve nadie. Ellos son el baluarte de los valores de la raza: autoritarismo, machismo, intolerancia, chulería, dogmatismo y violencia. Todo bien regado de una exquisita vulgaridad.

Los viejos nostálgicos del Régimen pueden dormir tranquilos. El PPSOE ha recuperado sus esencias.

Alf Duran Corner

 

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