PROXIMA PARADA : TEHERAN

Focus: Política
Fecha: 03/12/2004

En la visión geoestratégica del imperio americano, Irán es un territorio a ocupar, bien sea política o militarmente.

Irán es parte del tablero euroasiático, tiene acceso directo al golfo Pérsico y al mar Caspio, fronteras con Afghanistán, Armenia, Azerbaiján, Irak, Pakistán, Turquía y Turkmenistán.

Productor de petróleo, gas natural, cobre, plomo, manganeso, zinc.

Con un territorio tres veces superior al de España y una población próxima a los setenta millones, de los que sólo el 4,8% tiene más de 65 años.

Con voluntad y capacidad para llegar a ser miembro del “club nuclear”, como su vecino Pakistán y el gendarme superarmado de la zona : el Estado de Israel.

Provisto de una élite académica culta y moderna, los estrategas de los “think tanks” apuestan por un reforzamiento de ese colectivo, que puede conseguir romper el monolitismo teocrático en el poder.

Pero en este trabajado plan, se ha producido un escollo inesperado. La invasión de Irak no ha dado sus frutos. El tren está parado en Bagdad y las reparaciones se prolongan más de lo debido.

En esta situación de standby, los ejecutores del Pentágono se dedican al trabajo corriente, a la rutina diaria de ir matando gente en el triángulo suní.

Este escenario, que no había sido contemplado, puede exigir un compromiso a corto plazo entre los gobiernos de Estados Unidos e Irán, una mano tendida para no exacerbar más el odio antiamericano en la zona.

Pero será una parada técnica. Teherán tiene que caer, a las buenas o a las malas. Está escrito en el guión. Hay que leer a Brzezinski, que fue un hombre clave en la política exterior estadounidense.

A principios del siglo pasado, Harold Mackinder decía:

“Quien gobierne Europa Central, gobernará el heartland;
quien gobierne el heartland dominará la isla mundial;
quien gobierne la isla mundial dominará el mundo”.


Sólo hay que sustituir Europa Central por el círculo euroasiático que va de Kazajistán a Arabia Saudita y de Pakistán a Turquía.

El resto de polémicas, como podría decir Josep Pla, son “collonades”.
Alf Duran Corner

 

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