REDUCCIONISMO

Focus: Economía
Fecha: 27/02/2009

Se entiende por reduccionismo la simplificación excesiva de algo que es complejo. Y esto es lo que está ocurriendo con la crisis financiera internacional.

Los intereses de algunos agentes directamente implicados y el tratamiento superficial de la mayoría de los medios, ha llevado a la conclusión de que todos los males provienen de la concesión de unas hipotecas a gentes sin recursos. El concepto Ninja ha causado estragos y ha proporcionado suculentos ingresos a algún divulgador de perfil bajo.

La crisis financiera internacional tiene un origen multifactorial y no puede ser despachada con cuatro vaguedades. No sólo es la crisis de un modelo de crecimiento. Es la crisis de un sistema económico.

Y entre esos factores menos visibles conviene recordar los siguientes:

1. La Banca se ha dedicado a titulizar (crear activos financieros y venderlos a terceros) cualquier partida de su balance, desde deudas por pagos de tarjetas de crédito hasta derechos de transmisiones deportivas. Así recogía dinero y podía volver a repetir la operación ad infinitum. Los títulos hipotecarios son la punta del iceberg.

2. Cuando se cita a las agencias de rating, que califican la emisión de activos por parte de la Banca, y se dice que fueron muy alegres al dar a la mayoría de las emisiones nota alta, se oculta que los clientes de las agencias son los propios emisores y que estos pueden buscar una agencia alternativa si la primera no es amable con ellos. La Banca paga las facturas de quienes califican sus emisiones y ya sabemos que el cliente es el rey. Es una auténtica tomadura de pelo.

3. Las agencias de rating son sociedades privadas que tienen sus accionistas y que persiguen maximizar sus beneficios. Luego están contaminadas. Lo razonable es que fueran entidades públicas sin ánimo de lucro.

4. Todas las entidades financieras, nacionales e internacionales, tienen la obligación de someter sus cuentas a auditores independientes, que las revisan puntualmente y dan su opinión sobre las mismas. Con ello se pretende defender los intereses de los accionistas y de la sociedad en su conjunto. Pero en la práctica las auditorías no sirven para nada, pues son incapaces de identificar los contenidos reales de las cuentas. Además son empresas privadas y su cliente es la propia entidad financiera, en la persona de sus directivos o de su consejo de administración. Sus informes no garantizan nada.

5. Se continúa practicando el “short selling”, en especial por los grandes operadores bursátiles. Este procedimiento permite tomar en alquiler un paquete de activos financieros, pagando el canon correspondiente, y con la obligación de devolverlos en un plazo determinado. Luego se procede a venderlos, con el propósito de hacer caer el valor, para recomprarlos más tarde a un precio inferior. Con ello se obtiene una plusvalía, se recuperan las acciones y se devuelven a su propietario. De esta forma el señor Soros llevó a la libra esterlina a su devaluación y obtuvo en poco tiempo una extraordinaria fortuna. El “short selling” es una flagrante manipulación del mercado de capitales.

Si pretendemos despachar esta crisis cargando las tintas sobre algunos “chicos malos” que han hecho barbaridades para enriquecerse, nos estamos equivocando. Es una crisis sistémica. Es la crisis del capitalismo. Y esto no hay quien lo refunde.
Alf Duran Corner

 

« volver