SOBRE LA INDISOLUBILIDAD Y OTRAS MEMECES

Focus: Política
Fecha: 13/12/2013

En el momento en el que los políticos catalanes, presionados por el movimiento popular, han dado un paso al frente y han propuesto a la ciudadanía las bases de un referéndum de autodeterminación, el señor Rajoy, en su calidad de presidente del gobierno central y como genuino representante de todo el espectro nacionalista español (de la derecha a la izquierda) ha dado como principal argumento para oponerse al derecho democrático del voto de los catalanes, “la indisolubilidad de la nación española”.

Cuando no saben que decir, acuden siempre a la metafísica. No hay nada indisoluble. Un paseo por la física, de la mano de Einstein, Fermi, Oppenheimer, Bohr y otros científicos ilustres les puede ayudar a comprender la realidad última de la materia. Claro que para ello deberían leer algo más que el “Marca”.

También sus queridos colegas nacional-católicos, bajo la tutela del señor Rouco y sus plataformas mediáticas (Cope, 13TV, etc.) continúan insistiendo en la “indisolubilidad del matrimonio”. Y está visto que los resultados de sus agresivas campañas son más que mediocres.

Pero una segunda acepción del término “indisolubilidad” (algo que no puede desatarse) da ciertas pistas sobre sus propósitos. Para ellos la palabra “poder” tiene una connotación autoritaria: no lo voy a permitir. Ahora no pueden enviar los tanques porque no queda bien, pero tratarán de presionar hasta el límite al gobierno de la Generalitat, a sus legítimos representantes y al pueblo soberano para defender su peregrino principio de “indisolubilidad”.

No saben que su batalla está perdida. Están haciendo un curso acelerado para auto extinguirse. Siguen anclados en el pasado. No hicieron la Revolución Industrial cuando correspondía. Han vivido de las transferencias de rentas de las clases productivas. Llevan el espíritu de la inquisición encriptado en el cerebro.

No hay quien pare el tsunami catalán. España es el pasado.

Alf Duran Corner

 

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