SOLOS

Focus: Sociedad
Fecha: 23/03/2012

La revista “Time” publicó un informe hace un par de semanas sobre las ideas que están cambiando nuestras vidas. Una de ellas, quizás la más relevante, es que “vivir solo” se está transformando en una norma, en especial en Occidente.

Hace cincuenta años, el solitario era un raro espécimen, hasta el extremo de que sus allegados más próximos trataban por todos los medios de buscar soluciones a su “soledad”, ya que interpretaban que ese estado no era el natural para nuestra especie.

En aquella época y en Estados Unidos, los hogares unipersonales significaban el 10% del total, la mayoría formados por hombres que habían cambiado de territorio por razones laborales y todavía no se habían asentado como para llevar a sus familias. Ahora la cifra es del 28%, principalmente en las ciudades. En Manhattan, por ejemplo, vive una sola persona en la mitad de los hogares.

En Europa los porcentajes son similares. Encabeza Suecia, con el 47% de los hogares, seguida de Gran Bretaña (34%), Italia (29%) y Rusia (25%). Estocolmo repite el modelo de Manhattan.

Hay varias razones que explican esta tendencia, que el sociólogo Eric Klinenberg ha tratado de identificar. Son las siguientes: 1). La incorporación de la mujer al mercado de trabajo le permite ser autosuficiente, hecho que antes no ocurría por su dependencia económica del hombre. 2). La revolución en las comunicaciones. Estamos interconectados: ordenadores, móviles, etc. 3). El proceso de urbanización concentra a la población. Es muy fácil socializar. 4). La longevidad. En muchas ocasiones se produce una brecha en el tiempo entre el fallecimiento de uno de los miembros de la pareja y el del otro.

Quizás conviene aclarar algunos conceptos. Una cosa es vivir solo y otra, muy distinta, sentirse solo. Lo primero se puede objetivar, lo segundo es muy subjetivo. Lo primero puede ser enriquecedor, lo segundo tiende a ser depresivo.

Virginia Woolf declaraba en su tiempo que quería tener “una habitación propia”, en la que postulaba su defensa del feminismo y el combate de la mujer contra la alienación. Da la impresión de que mucha gente ha tomado conciencia de esta necesidad y la ha satisfecho a su modo. Pascal ya avisó de que el mayor mal del ser humano es su incapacidad para saber estar solo en una habitación.

El único inconveniente es que no hay economías de escala, pero es un inconveniente menor.

Alf Duran Corner

 

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