TOMESELO CON CALMA

Focus: Sociedad
Fecha: 11/01/2008

Al iniciar el año nos ponemos unos objetivos personales, que raramente cumplimos. Nos apuntamos al ritual de las promesas, pero no tenemos voluntad para llevarlas a cabo.

Hay una que podríamos compartir todos: hágalo más lento y lo disfrutará.

El “turbocapitalismo” y sus derivadas están liquidando los residuos del placer. Esta irrefrenable tendencia se basa en la premisa de que como todo cambia muy rápido, hay que correr mucho.

Es la gran mentira de nuestros días. Cambian los instrumentos, pero no los conceptos básicos. Hoy, como ayer, tratamos de satisfacer nuestras necesidades de pertenencia, de amor, de autoestima, de seguridad, de auto-realización.

Y la prisa es mala compañía.

Debemos recuperar el “ritmo lento” y recordar que la Evolución explica con rigor que sobreviven los más aptos, no los más rápidos. Más despacio es mejor.

Además el “tiempo” es una variable relativa, como solía decir con humor Albert Einstein.

En su afán didáctico, el profesor contaba a sus sesudos colegas académicos que media hora de discusión con ellos le parecía un siglo, en tanto que un día completo con una mujer hermosa se le escapaba de las manos sin apenas darse cuenta.

Bajemos la velocidad. Nos sentiremos mejor.

Hagamos caso a Alan Watts, cuando dice que “como el mundo no va a ninguna parte, no hace falta correr”.
Alf Duran Corner

 

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