TRADICIONALISMO Y MODERNIDAD

Focus: Política
Fecha: 04/01/2008

En Dubai están construyendo un conjunto monumental de rascacielos, que a través de su diseño y sus atrevidas estructuras parecen retar al universo.

Los medios se hacen eco de ello y expresan su entusiasmo ante tanta modernidad. Son necios.

Tras una apariencia de modernidad, las monarquías del Golfo Pérsico continúan enraizadas en un tradicionalismo ultramontano, que se apoya en el más duro puritanismo y en el desprecio por las libertades elementales.

Pero tienen petróleo y ello les da patente de corso.

Los países que forman el Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico (Arabia Saudita, Kuwait, Bahrein, Oman, Quatar y Emiratos Arabes Unidos) poseen el 65% de las reservas petrolíferas del mundo y el 30% de las de gas natural.

No importa que sean monarquías corruptas, que discriminen a la mujer, que exploten a los obreros no cualificados que hacen los trabajos más penosos y sin los cuales no podrían sobrevivir, que paguen salarios de miseria, que tengan “policías religiosos”, que fomenten el radicalismo musulmán.

Hay que mirar hacia otro lado.

Mejor hablar de la capacidad mediática de Al-Jazeera o de que los jeques de Abu Dabi (uno de los emiratos) se hayan transformado en el principal accionista de Citigroup (el banco más importante del mundo), de origen norteamericano.

Pero acabarán pagando tanta arrogancia. Sólo es cuestión de tiempo.

La razón es muy simple: la mayor parte de la fuerza laboral en esos países es extranjera y sus valores irán permeando la sociedad en la que se hallan insertos.

Y cuando se combinan los mejores valores de Occidente (democracia, justicia y libertad) con la rabia contenida de los desarraigados de la tierra (gentes humildes del Medio Oriente y del Sudeste Asiático), la explosión es inevitable.

Mejor no estar allí.
Alf Duran Corner

 

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