Conversaciones con Sartre...

G.: No obstante, en los años cincuenta estaba usted entusiasmado por Estados Unidos.

S.: Estaba dividido. Me encantaba Nueva York, pero porque tenía una guía fantástica.

G.: ¿Dolores [Vanetti]?

S.: Era una mujer maravillosa, una amiga fantástica, como sabe, ya que usted la conoció antes que yo. Conocía todos los antros, todos los clubes de jazz, y a todos los músicos, todos los fumaderos de opio (donde había cocaína, anfetaminas y cualquier cosa menos opio), todos los lugares frecuentados por los intelectuales, lo conocía absolutamente todo, y llegué a descubrir muchas cosas de Estados Unidos gracias a ella. Lo que más me gustaba de su país era su universo pequeñoburgués, la gente que experimentaba las contradicciones del país, es decir, el abismo entre la vida y la representación de la vida. Estados Unidos está lleno de mitos, es asombroso, mitos de felicidad, de progreso, de libertad, de igualdad, de que todo es posible, mitos que convierten a los estadounidenses en la gente más optimista del mundo, aunque vivan bajo una dictadura absoluta de la opinión pública; son gente tan ingenua que resulta encantadora, hasta que la clase dirigente les dice que la otra gente es inferior, claro. Oficialmente, desprecian a Europa, con la excepción de su país de origen, pero en realidad es falso: a pesar de toda su riqueza, su poder y su enorme energía, los estadounidenses tienen un complejo de inferioridad increíble. ¡Menudas contradicciones! Me encantan. Sobre todo en lugares como Iowa, Kansas o Wyoming, donde la gente ni siquiera había oído hablar de Stalingrado, Auschwitz o Churchill. Descubrí una parte de Estados Unidos extremadamente pobre, otra fascista en Chicago, y otra abierta, encantadora y generosa. Me encantaron los rascacielos, pero también las grandes avenidas, y fue una delicia descubrir el Estados Unidos de Dos Passos, de Steinbeck y de Faulkner. Al viajar en tren o en una avioneta -con un piloto que se divertía intentando asustarnos al atravesar el Gran Cañón a pocos metros de los acantilados-, revivía las novelas que tanto me habían gustado.

 

Fuente: Conversaciones con Sartre. John Gerassi. Editorial Sexto Piso España.Madrid.2012.

 

« volver