Durante unos cuantos años, los líderes socialdemócratas intentaron desarrollar un programa de la Tercera Vía en una serie de reuniones internacionales...(Guy Standing)

Durante unos cuantos años, los líderes socialdemócratas intentaron desarrollar un programa de la Tercera Vía en una serie de reuniones internacionales. Entre los participantes estuvieron Blair, Clinton, Gerhard Schröder de Alemania, el primer ministro holandés Wim Kok, Romano Prodi, presidente de la Unión Europea e intermitentemente primer ministro de Italia, los presidentes Cardoso de Portugal y Lula de Brasil, Ehud Barak de Israel, José Sócrates de Portugal y Göran Persson de Suecia, junto con Juan Somavía, director general de la Organización Internacional del Trabajo. Aunque el circo aquel se quedó en nada, en la segunda década del siglo XXI siguen vistiendo el manto de la Tercera Vía personajes del calibre de Matteo Renzi, ex primer ministro de Italia y admirador confeso de Blair, y Manuel Valls, primer ministro de Francia.

A ojos de los críticos, era parecido a hablar de ir a la izquierda pero caminar hacia la derecha; se trataba fundamentalmente de lugares comunes. En Reino Unido, cuando el Nuevo Laborismo abandonó el poder después de trece años, la desigualdad era mayor que cuando llegó a él. En otros lugares sucedió algo parecido, porque los políticos de la Tercera Vía no hicieron nada para poner freno al crecimiento del capitalismo rentista o a la hegemonía de las finanzas. De hecho, la primera medida significativa del gobierno de Blair fue hacer independiente al Banco de Inglaterra, renunciando al control democrático y dejando ese importante instrumento en manos de los financieros.

El Nuevo Laborismo se distanció de los sindicatos que representaban a su antigua base de clase. Como la mayoría de los partidos socialdemócratas en otros países, optó por la flexibilidad del mercado laboral, lo que supuso deshacer las seguridades laborales por las que habían luchado los sindicatos a lo largo del siglo anterior. Cuando Blair estaba preparando su último discurso como primer ministro ante el Congreso de los Sindicatos en 2006, le confió a un ayudante no estar muy seguro de quién lo agradecía más, si el público asistente o él mismo. Fue abucheado durante el discurso, algo inimaginable en cualquier momento a lo largo de los cien años anteriores.

Cuando le preguntaron a Margaret Thatcher cuál consideraba su mayor logro, se dice que contestó: “El Nuevo Laborismo”. Blair y Brown la admiraban abiertamente. Pero, poco después del final del gobierno laborista, algunos comentaristas se preguntaron si la aplastante victoria laborista de 1997 no sería análoga a la liberal de 1906, tras la cual los liberales se hundieron en la insignificancia.

 

Fuente: La corrupción del capitalismo. Guy Standing. Ediciones de Pasado y Presente. Barcelona. 2017.

 

« volver