El descubrimiento de las endorfinas fue un primer fruto de la investigación sobre las relaciones...

El descubrimiento de las endorfinas fue un primer fruto de la investigación sobre las relaciones entre el mundo de la conciencia y la química corporal. Han demostrado que el dolor o el bienestar tienen una base física y, al mismo tiempo, que una emoción es capaz de hacer variar la concentración en la sangre de una serie de sustancias. La influencia siempre es en los dos sentidos.

Cada pensamiento y cada sentimiento se materializan en una combinación específica de diferentes neurotransmisores, de mensajes químicos entre células nerviosas.

Ante esta realidad, los neurólogos aspiran a diseñar en el futuro un mapa completo de la conciencia que dé una explicación racional y bioquímica de las características de la personalidad y de la conducta.

Parece que esta ambición corre el riesgo de caer en un materialismo o un determinismo biologicista extremo que desprecie la realidad mental o espiritual, sin embargo es muy probable que esto no suceda al acumularse los datos que respaldan la influencia mutua entre la mente y el cuerpo.

La tendencia irá en el sentido de superar la visión del ser humano como un compuesto extraño de esencias distintas, hasta asumir que hay una interdependencia profunda entre todos los aspectos que hasta ahora se han estudiado de forma separada por pura inercia.

La división de la realidad o del ser humano en áreas de conocimiento se debe más a razones de tradición cultural y a la superespecialización de los científicos que a una diferenciación en el terreno de la realidad. Así, de la misma manera que en el mundo de la medicina se están superando las barreras entre lo psíquico y lo físico, tarde o temprano empezará a hablarse de la indisoluble unidad del individuo con su entorno físico y cultural.

Ahora mismo ya se conoce bastante de los efectos sobre el ánimo y sobre la salud de un buen número de los neurotransmisores que han sido descubiertos. Es posible empezar a relacionar la decena de emociones básicas distintas con un determinado equilibrio entre sustancias cerebrales y corporales.

 

Fuente: El poder de las endorfinas. Manuales Integral. RBA Libros. Barcelona. 2000.

 

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