El mero hecho de sentirse mejor cuando se sonríe es suficiente para pensar que debe ser bueno para la salud...

El mero hecho de sentirse mejor cuando se sonríe es suficiente para pensar que debe ser bueno para la salud. Y es cierto: la risa y la carcajada se encuentran entre las mejores fuentes de endorfinas.

Los receptores químicos que se encuentran en el locus coeruleus cerebral se ocupan del buen humor y permiten la aparición de los sentimientos de felicidad y euforia. Si el ser humano dispone de este resorte para el bienestar, es una lástima no accionarlo siempre que sea posible.

La risoterapia tiene cada día más seguidores debido a su eficacia para influir sobre la química del cerebro y del sistema inmunitario. Así, además de las endorfinas, aumentan los niveles de inmunoglobulinas y de células killer, ambas pertenecientes al sistema inmunitario.

Los efectos fisiológicos positivos son máximos durante la media hora después de una buena carcajada y se mantienen en menor medida incluso al cabo de 12 horas, según indican investigaciones realizadas con voluntarios.

Tomado como un todo, está claro que existe algo en el humor y en la risa que pulsa el interruptor y enciende el sistema inmunitario, con lo que ayuda a que realice más eficazmente la tarea que tiene encomendada: proteger la salud de las amenazas internas y externas.

Paralelamente, el flujo de endorfinas reduce inmediatamente la percepción del dolor, hecho que justifica una de las frases del genial Groucho Marx: “Un payaso es como una aspirina, sólo que funciona dos veces más rápido”.

El resultado es tan automático que, si en un momento determinado no se encuentra nada que haga gracia, el simple hecho de reproducir el gesto de la sonrisa ya inicia la segregación de endorfinas por un mecanismo similar al que produce saliva con sólo oler o pensar en una buena comida.

Existen estudios que demuestran que la percepción del dolor se reduce y el sistema inmunitario se refuerza después de presenciar una comedia.

 

Fuente: El poder de las endorfinas. Manuales Integral. RBA Libros. Barcelona. 2000.

 

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