La Comuna fue tan rica en ideas, iniciativas, debates y grandes planes que es fácil olvidar que solo duró 72 días...(Luc Sante)

La Comuna fue tan rica en ideas, iniciativas, debates y grandes planes que es fácil olvidar que solo duró 72 días. El ejército versallés entró en París en la mañana del 21 de mayo por la puerta del Point-du-Jour, que había quedado indefensa (algo inexplicable, ya que era la más cercana a Versalles). El ejército también hizo un trato con los prusianos, permitiéndoles atacar desde el norte. Como los alemanes ocupaban las afueras del norte, la Comuna solo había dado a esas puertas un apoyo simbólico. Por otra parte, tampoco había estrategia alguna para repeler una invasión. Al parecer, los comuneros no habían leído a Blanqui, quien advertía: “Sobre todo, no os encerréis en vuestros propios barrios, como los republicanos nunca han dejado de hacer”. Y esto fue exactamente lo que ocurrió. Además, muchas de las barricadas, levantadas a toda prisa cuando el enemigo ya estaba a pocas manzanas de distancia, eran más simbólicas que estratégicas (montones de escombros, defendidos de forma irregular, que la infantería podía atravesar sin mayor dificultad). Se construyeron barricadas por capricho, protegiendo esquinas localmente significativas, pero sin repercusión para planes más amplios. El ejército atravesó la ciudad desde el suroeste, dividiéndola, luego desde el norte vía Batignolles, y fue cercando gradualmente el noreste, donde encontró la mayor resistencia y donde finalmente acabó la contienda el 28 de mayo, en el cementerio Père-Lachaise.

Durante su avance, las tropas ejecutaban en el acto a cuantos capturaban si tenían rastros  de pólvora en las manos. Muchos de los restantes fueron juzgados por consejos de guerra en los jardines de Luxemburgo o en las barracas de Lobau, junto al Hôtel de Ville, tras lo que fueron fusilados. El 23 de mayo el destacamento de la Guardia Nacional que estaba acuartelado en el palacio de las Tullerías, al tomar conciencia de su inferioridad numérica y de que pronto sería derrotado, prendió fuego al edificio. Al día siguiente, los comuneros incendiaron la prefectura de policía, El Palais de Justice y el Hôtel de Ville (en el que se conservaban los archivos históricos de la ciudad, lo que constituyó la única pérdida material verdaderamente irreparable de esa semana). Muchos otros edificios del gobierno fueron pasto de las llamas (el Ministerio de Estado, el Ministerio de Finanzas, la Auditoría y el palacio de la Legión de Honor, entre otros), pero nunca se ha sabido a ciencia cierta quién los quemó. Corrió el rumor de que los incendios habían sido obra de las pétroleuses (mujeres que llevaban cubos de petróleo), lo que enfocó el menosprecio del ejército hacia las mujeres de la Comuna y dio vía libre para disparar a cualquier mujer trabajadora que llevara cualquier clase de cubo o jarra.

 

 

Fuente: El populacho de París. Luc Sante. Libros del K.O. Madrid. 2018.

 

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