La gente piensa que la meditación es una especie de actividad especial...

La gente piensa que la meditación es una especie de actividad especial, pero esto no es del todo correcto. La meditación es la simplicidad misma. A modo de broma, a veces decimos: “No te quedes ahí haciendo algo, ¡siéntate!”. Pero la meditación tampoco consiste sólo en sentarse. Consiste en parar y estar presentes, eso es todo. Generalmente, corremos de aquí para allá haciendo cosas. ¿Es usted capaz de hacer una parada en su vida, aunque sea siquiera un instante? ¿Podría ser este momento? ¿Qué ocurriría si lo hiciera?

Una buena manera de detener toda esta actividad es pasar al modo orientado a ser durante unos instantes. Piense en sí mismo como un testigo eterno, como si fuese imperecedero. Limítese a observar este momento, sin intentar cambiarlo lo más mínimo. ¿Qué está ocurriendo? ¿Qué siente? ¿Qué ve? ¿Qué oye?

Lo más curioso de detenernos es que en cuanto lo hacemos, allí estamos. Las cosas se simplifican. En cierto modo, es como si muriésemos y el mundo siguiera su curso. Si realmente muriésemos, todas nuestras responsabilidades y obligaciones desaparecerían de inmediato. Lo que quedara de ellas se resolvería de algún modo sin nosotros. Nadie puede hacerse cargo de nuestros propios asuntos. Se extinguirían o se irían agotando con nosotros, del mismo modo que ha ocurrido con los asuntos de toda persona que ha muerto. Así pues, no necesitamos preocuparnos por ellos en términos absolutos.

Si esto es así, quizá no sea preciso hacer esa otra llamada ahora mismo, aunque creamos que sí. Quizá no necesitemos leer algo ahora mismo, o hacer otro recado más. Al tomarnos unos instantes para morir deliberadamente a las prisas que nos impone el tiempo mientras seguimos estando vivos, nos liberamos y disponemos de tiempo para el presente. Al morir ahora de este modo, podemos llegar a estar más vivos ahora. Esto es lo que nos brinda el hecho de parar. No hay nada de pasivo en ello. Y cuando decidimos hacer algo, lo hacemos de otra forma, porque hemos parado. Parar hace que la acción resulte más vívida, sea más rica, tenga más textura. Nos ayuda a observar con perspectiva todas las cosas que nos preocupan y nos hacen sentir incompetentes. Nos sirve de guía.

 

Fuente: Mindfulness en la vida cotidiana. Jon Kabat-Zinn. Ediciones Paidós Ibérica. Barcelona. 2009.

 

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