Las caras con las cuales estamos familiarizados están almacenadas en el cerebro...

Veo tu cara

Las caras con las cuales estamos familiarizados están almacenadas en el cerebro en circuitos neurales –memorias- conocidas como unidades de reconocimiento de caras (URC). Cuando  “otra imagen más” de una persona llega a la conciencia, las URC del archivo son revisadas para ver si alguna de ellas corresponde con la imagen que acaba de llegar. Si aparece una, el circuito se activa, se “extrae la ficha del archivo” y se le “superpone” la imagen que acaba de entrar. Esta conjunción de memoria y estímulo es una parte esencial del proceso de reconocimiento.

 

Las imágenes nuevas pueden venir de afuera o pueden ser generadas dentro de la mente. Pero la actividad cerebral es la misma en los dos casos. De manera que imaginar la imagen de alguien a quien conocemos activará la URC de esa persona de la misma manera que lo haría cuando la mira en el mundo exterior.

 

La URC, igual que otras memorias, se mantiene viva por el uso repetido. Cada vez que una URC se activa, se graba más profundamente en el cerebro a través del proceso de potenciación a largo plazo. Si una URC se activa a menudo, se mantendrá “agitada”. Normalmente una URC necesita un estímulo relativamente grande para activarse –por lo común, la vista de la persona precisa que representa, o la de algo muy relacionado o parecido a ella-. Pero una URC que ya está agitada sólo necesita un estímulo débil para dispararse. Cuando se ha tenido una URC activada durante días, casi cualquier cosa puede servir de recordatorio visual de esa persona.

 

Todo el mundo ha experimentado esto alguna vez: cuando estamos enamorados  o pasando penas de amor, vemos a la persona que tenemos en mente en todas partes. Entonces miramos de nuevo y vemos que en realidad era un extraño, que apenas tiene un mínimo de parecido con la persona con quien la confundimos. Eso es lo que significa la frase “tener a alguien en la  cabeza”: la URC de esa persona está muy agitada –y la actividad está siempre a punto de dispararse.

 

 

Fuente: El nuevo mapa del cerebro. Rita Carter. RBA Ediciones de Librerías. Barcelona. 1998

 

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