EL SEÑOR DE GUINDOS Y EL FUTURO

Focus: Economía
Fecha: 28/11/2014

El señor Luis de Guindos nació en 1960. Será por ello que en su adolescencia no debía llevar pantalones bombachos, como los llevaban orgullosamente muchos de los hijos de las familias bienestantes que habían ganado la “guerra de liberación”. Sin embargo, resulta fácil imaginárselo con este tipo de prenda, siempre muy correcto y hacendoso.

Estudió ciencias económicas en la Cunef (centro privado) y, como es propio de un buen “sorayo”, preparó oposiciones. Es por ello que pertenece al “Cuerpo Superior de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado”. Ha utilizado la puerta giratoria con asiduidad, pasando de lo público a lo privado y de lo privado a lo público. Es colaborador de Faes y ha trabajado en PricewaterhouseCoopers y en Lehman Brothers, en este último caso como director para España y Portugal, hasta la quiebra del banco americano.

Desde finales del 2011 es ministro de Economía y Competitividad del gobierno Rajoy y se mueve con comodidad en los medios internacionales gracias a su suficiente dominio del inglés.

Recientemente y en una comparecencia pública manifestó que “los inversores no prevén el escenario de Cataluña independiente”.

Convendría hacer unas puntualizaciones sobre los “escenarios”. En el mundo empresarial y económico, un escenario es una visualización del futuro predecible. En definitiva, un pronóstico. Y en la actualidad, como bien dice la consultora Roland Berger, el futuro es volátil, incierto, complejo y ambiguo.

Por razones profesionales he trabajado en proyectos de futuro durante varios años de mi vida. Recuerdo que en Cleveland (1976), después del primer shock-oil (octubre del 73), todavía se hacían extrapolaciones basándose en datos históricos. En Londres (1979) los instrumentos habían cambiado. Ya no se manejaban modelos matemáticos y se trabajaba sobre la técnica de los escenarios (en plural señor de Guindos). Luego vino el segundo shock-oil (1981) y el cambio se agudizó. El horizonte de futuro se había estrechado y los grandes del sector químico (fuertes inversores en capital) hacían planes a tres años con distintos escenarios. El resto les seguíamos.

La técnica de los escenarios contempla varias alternativas y los actores se preparan para cada una de ellas. Y esto es lo que hacen los responsables de planificación estratégica de las grandes corporaciones. Lo mismo hacen los inversores profesionales si operan a largo; los que operan a corto son jugadores de póquer y apuestan sobre la marcha.

En una situación de la complejidad política que tiene el contencioso Catalunya – España, el señor de Guindos no debe decir estas tonterías sobre el escenario predecible. Además, hasta la fecha no ha demostrado grandes capacidades adivinatorias. No debemos olvidar que en noviembre del 2003 declaraba al ABC : “(En España) no hay burbuja inmobiliaria, sino una evolución de precios al alza que se van a ir moderando con más viviendas en alquiler y más transparencias en los procedimientos de urbanismo”.

Para rematar la faena y en la misma comparecencia, el señor De Guindos sentenció: “(Los inversores) consideran que en España hay y va a haber estabilidad política y que Cataluña, como no puede ser de otra forma, va a continuar siendo parte de España como siempre ha sido”.

En estas palabras identificamos un triple error: un primer error de diagnóstico, un segundo error de análisis histórico y un tercer error de carácter metodológico.

Qué pena! El señor de Guindos era nuestra última esperanza. Parecía hasta moderno.

Alf Duran Corner

 

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