A CALZÓN QUITADO

Focus: Política
Fecha: 08/06/2016

Sin tapujos, sin pelos en la lengua, sin las limitaciones que imponen la dependencia, la escasez de recursos (hay que pagar la hipoteca) o el sempiterno “buenismo” de las corrientes socialmente dominantes.

Los chicos y chicas de la CUP (en uno de sus extraños cónclaves) han decidido votar en contra de los presupuestos presentados por el Govern de la Generalitat. La decisión se ha tomado por una pequeña diferencia (29 contra 26), lo que significa que el estado de ánimo de dos conclavistas (que hubieran podido pasar del no al sí) ha supuesto el bloqueo de una herramienta de gestión imprescindible para la buena marcha de un país que tiene un PIB de 200.000 millones de euros y que continúa siendo, a pesar de las extorsiones del Estado Español, uno de los principales motores del Espacio Económico Europeo.

Este extraño fenómeno raya en el absurdo y pone de manifiesto que los movimientos asamblearios son muy útiles para provocar a los defensores del “statu quo”, pero resultan perversos cuando de lo que se trata es de que el barco no se hunda a la mitad del camino.

Ya sabemos de qué van las asambleas, donde destacan las voces poderosas, el tono, el lenguaje gestual, las exaltaciones, los gritos, las manos alzadas y un sinfín de elementos que configuran el escenario.

Las asambleas se asemejan a una tragedia griega sin guión. Cuentan los movimientos y también los silencios. Pero hay algo muy poderoso que domina: la creencia normativa. Lo que yo creo que otros creen de mí.

En mi vida personal y profesional no he conocido ninguna asamblea que sirviera para nada que no fuera el placer de su vertiente lúdica.

Los representantes de la CUP (una organización formada por corrientes diversas que sólo comparten un anticapitalismo verbal) han declarado que su voto pretende “hacer pedagogía” (o sea: dar clases) para que el resto de los mortales comprendamos cual es el camino recto.

Estos chicos y chicas, si quieren hacer la revolución, deberían ilustrarse un poco más. Menos asambleas y más estudio. Si lo hicieran tomarían conciencia de las prioridades y no dedicarían su tiempo a marear la perdiz, cosa que me ha parecido siempre una canallada muy propia de los humanos.

Y si de verdad son independentistas, lucharían por la independencia en primer lugar y no como parte de un paquete de reivindicaciones, que no hacen otra cosa que difuminar el objetivo.

Ahora en la votación de los presupuestos, los representantes de la CUP en el Parlament votarán junto a las fuerzas españolistas. Podrán celebrarlo junto al señor Iceta (quizás en su sacristía particular), la señora Arrimadas (véase esta entrada en el María Moliner) o junto al señor Albiol, ahora bajo el amparo del Tribunal Constitucional. A última hora podrán añadirse los de Catalunya Sí que és Pot, que acostumbran a llegar tarde a todos los eventos.

Señoras y señores de la CUP: me avergüenzo como ciudadano de su comportamiento. Pero recuerden: arrieros somos y en el camino nos encontraremos.

 

 

Notas al margen:

(1)  La cita de hoy: Un foco irónico sobre un hecho controvertido.

(2)  La lectura seleccionada: Una revisión sobre la lengua catalana (2010) que todavía no está resuelta.

(3)  Mi biblioteca: El primer ensayo serio y documentado sobre el volumen del dinero oculto en los paraísos fiscales.

(4) De otras webs: Uno de los retratos más perfilados de Aznar, publicado en el nuevo digital elnacional.cat.

Alf Duran Corner

 

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