¡ ABAJO LA INTELIGENCIA !

Focus: Política
Fecha: 10/05/2018

Los tanques ideológicos de la tercera Restauración española han entrado ahora en el terreno de la educación en Catalunya, una educación cuyos métodos pedagógicos no comprenden ni comparten, pues se hallan muy lejos de su ideario oscurantista tradicional.

Ahora resulta que los docentes de las escuelas públicas catalanas “adoctrinan” a sus alumnos para que se transformen en “radicales” independentistas, y además practican el tan manoseado “bullying” con los hijos de los guardias civiles que tienen en sus aulas.

Todo ello se basa en las denuncias de algunas de las familias de esos chicos, que en su conjunto representan un porcentaje ínfimo del alumnado. No consta la opinión del resto de los alumnos y de sus familias, que podrían atestiguar respecto a la veracidad de las denuncias.

Y el mecanismo es el habitual. La gente de la caverna mediática (en este caso “El Mundo”, pero podía haber sido “El País” o cualquier otro tebeo de baja estofa) publica un seudo informe acusando a una serie de profesores y profesoras de adoctrinamiento. El reportaje incluye nombres y fotos, como acostumbraba a hacer la prensa pro-nazi en los albores del Tercer Reich. Esa insidiosa publicación parece que no importa a la fiscalía de turno, siempre dispuesta a tomar partido en sentido contrario. A quien sí interesa es a algún juez que pasaba por allí y que de seguro encontrará indicios de criminalidad u otras lindezas similares.

Y, ¿cuál es la causa principal de ese oprobio? Pues nada menos que comentar en las aulas y abrir un debate entre los alumnos, en las semanas posteriores a la gran bronca del día primero de octubre, en la que unos cuerpos de seguridad del Estado, siguiendo las instrucciones de la “autoridad competente”, apalizaron a sus propios conciudadanos, cuya única pretensión era poder votar respecto a su futuro político.

Y, claro está, el Régimen español no puede tolerar estos desvaríos pedagógicos. El aula, según ellos, es un lugar para “instruir”, no para formar a ciudadanos libres y responsables. Si tu abuela llega a casa con unas magulladuras o a tu padre le han partido la boca de un porrazo, tu tienes que olvidarte y considerar todo ello un relato imaginario. Si tú eres hijo de un guardia civil y, a través de las redes sociales (y sólo gracias a ellas), te enteras de lo que ha ocurrido, no puedes preguntarte por qué sucede lo que sucede. Ha de imperar el silencio. La situación que propicia el Régimen es enfermiza y rompe los criterios pedagógicos más elementales.

En este campo, como en casi todos, se han quedado en la Contrarreforma (siglo XV). Hay que separar al niño del mundo adulto, que es peligroso. Imponer la disciplina y la autoridad. Borrar cualquier discrepancia. Facilitarle la tecnología para que se entretenga. Sintonizar con la ideología dominante.

Luego los niños y las niñas, las chicas y los chicos, hacen lo que les da la gana, pero esto es otra cosa.

El Régimen, y sus ilustres representantes, pasan por encima de todos los grandes movimientos pedagógicos. De la Ilustración y de los enciclopedistas sólo saben, a duras penas, sus nombres. Los renovadores, como Pestalozzi, Freinet, Owen, Decroly, Montessori, Dewey, Bruner, Piaget, etc. no interesan. Sobre la Escola Moderna y su creador, el gran pedagogo Francesc Ferrer i Guardia, sólo saben que sus ancestros lo fusilaron en el castillo de Montjuïc.

Erich Fromm, en su libro “El miedo a la libertad”, dejó escrito: “El sistema educativo de toda sociedad se halla determinado por este cometido. Por lo tanto, no podemos explicar la estructura de una sociedad o la personalidad de sus miembros por medio de su proceso educativo, sino que, por el contrario, debemos explicar éste en función de las necesidades que surgen de la estructura social y económica de una sociedad”.

Y justamente  esto último es lo que tienen la obligación de hacer los maestros y maestras responsables de la educación, si quieren continuar siendo fieles a los principios de una sociedad en la que el espíritu crítico siga vivo. Y es lo que hacen a diario los maestros de la escuela pública catalana.

La otra alternativa, la que practica con entusiasmo el frente PPPSOE-Ciudadanos, es una alternativa reaccionaria, antigua, grosera y decadente. No sólo éticamente malévola, sino estéticamente vulgar.

Alf Duran Corner

 

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