ALASKA

Focus: Política
Fecha: 01/04/2005

Algunos comentaristas ingenuos o mal informados están convencidos de que el segundo mandato del Presidente Bush será “más progresista” que el primero. La frase puede llevar a engaño, puesto que antes deberíamos ponernos de acuerdo sobre su concepto de “progreso”.

En cualquier caso y mientras le da vueltas al embrollo de la Seguridad Social y su modelo privatizador, ha animado a sus correligionarios a explorar las tierras protegidas de Alaska en busca de petróleo. El Senado de mayoría republicana, con el curioso apoyo de tres senadores demócratas, ha dado su visto bueno.

Es justa compensación a los esfuerzos de la industria del petróleo y el gas norteamericana, que en los últimos cinco años ha hecho donaciones a los partidos políticos por un importe próximo a los 180 millones de dólares, de los cuales el 74% ha ido a las arcas republicanas.

Chevron Texaco y Exxon Mobil han liderado estas donaciones. Esta última compañía es miembro además de Artic Power, un lobby creado para defender los intereses del proyecto, que aseguran podría llegar a crear 800.000 puestos de trabajo.

La hasta ahora zona protegida de Alaska (Artic National Wildlife Refuge) comprende un territorio de 20 millones de acres y fue creada en 1.960 con criterios conservacionistas.

El argumento esgrimido es reducir la dependencia petrolífera del país de fuentes de suministro extranjeras. Expertos del propio sector aseguran que la relación coste/beneficio no recomienda tal decisión.

Lo que sí está claro es que el “progresista” Bush no cursó la asignatura de medio ambiente.
Alf Duran Corner

 

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