ATEOLOGIA
Focus: Sociedad
Fecha: 27/01/2006
Hay que darle las gracias a Michel Onfray. Una vez más hay que dar las gracias a la Francia ilustrada.
Michel Onfray es, por encima de todo, un profesor, un profesor de enseñanza media. Y como tal tiene muy claro su papel de desmitificador.
Ya lo hizo en su “Antimanual de filosofía”, un fantástico libro escrito para adolescentes que trataba de hacer fácil lo difícil, de seducir con la palabra y la metáfora.
Ahora nos aporta otro manual, mucho más valiente y beligerante, un manual que sienta las bases de una aproximación atea a la sociedad actual.
Pero el ateísmo de Onfray no se bate en retirada, no se oculta, no se propone como negatividad. Es un ateísmo sólido, con el propósito firme de dar valor a la vida diaria, al aquí y al ahora, a la solidaridad sin moneda de cambio, al placer del mejor Epicuro, a la sensualidad, a la belleza.
El mundo lleva muchos años sometido al dictado de los monoteísmos y necesita respirar. Hay que reivindicar el derecho al materialismo, al atomismo, a la ciencia, a la razón.
Hay que acabar con la sistemática explotación de la ignorancia y el miedo a la muerte.
Autores ocultados por el poder (como Meslier, Holbach, Feuerbach, Nietzsche) han de ser desempolvados y leídos con avidez.
Asumamos la libertad de vivir sin ataduras.
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