BARRA LIBRE

Focus: Sociedad
Fecha: 23/05/2014

Decía con razón un reputado jurista que el revuelo provocado en las “redes sociales” (en especial en ese espacio virtual y estúpido llamado twitter) por las amenazas, las provocaciones y los insultos dirigidos a personas o a entidades, tienen cabida en el código penal o en el civil, según corresponda. Que no hace falta inventar nada (como pretende el superactivo ministro Fernández), sino actuar.

Lo más llamativo es que unos pocos tweets sobre el asesinato de una política del PP (por razones ajenas a su credo ideológico) hayan tenido una respuesta contundente por parte de las fuerzas de seguridad, mientras que en otros ámbitos se haya permitido la barra libre.

Lo más grave es que esa barra libre no haya esperado a la explosión de las redes sociales, sino que se venga utilizando desde hace mucho tiempo en los medios de comunicación convencionales, por parte de notorios periodistas o pseudo periodistas (que viven de las arcas del Estado) y también de políticos que ocupan cargos en la Administración pública.

Y es que “disparar” contra los ciudadanos catalanes o contra sus representantes democráticamente elegidos, sale gratis. No importa quién lo diga. Puede ser un genuino miembro de la caverna mediática madrileña o un dirigente político que conecte con su ideario. Lo de “catalanes de mierda” es ya un genérico y expresarlo no tiene la menor importancia. Incluso sirvió para promocionar a un alto directivo de la “marca España”, que gracias a sus declaraciones ha conseguido un jugoso puesto en una sede diplomática australiana.

Y aquí no pasa nada. Los fiscales del Estado se dedican a otros menesteres. En la España negra y decadente tiene éxito escupir a los catalanes. Los políticos centralistas dicen que con ello ganan votos, lo que de confirmarse empíricamente pondría de manifiesto, una vez más, la baja calidad humana del tejido social de esa nación.

Los judíos israelitas – que ya están acostumbrados a estas andanadas – han respondido con querellas frente a las insidias esparcidas por las redes españolas con motivo del triunfo del Maccabi de Tel Aviv sobre el Madrid (que sigue siendo el equipo del Régimen), en la copa de Europa de baloncesto. Ya saben que en España el antisemitismo es histórico.

Los catalanes – siempre tan prudentes – contestan tímidamente y piden moderación. Que no cuenten con el aparato del Estado. Jamás los protegerá. Ya lo dijo el señor Gafo, diplomático y militar: “Catalanes de mierda. No se merecen nada”.

¿Todavía hay alguien que duda sobre la conveniencia de romper una relación enfermiza con un Estado que quiere lo peor para nosotros? Lean al marqués de Sade y lo comprenderán.

Alf Duran Corner

 

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