BOMBAS
Focus: Sociedad
Fecha: 23/01/2000
Han vuelto a sacar la basura a la calle. Era de esperar. No hay que buscar otras responsabilidades que las de aquellos que utilizan la bomba como código único de un lenguaje primario y devastador.
No quieren negociar , ni lo han querido nunca. Operan desde la no-racionalidad y esto está en las antípodas de la voluntad de pacto. Se declaran radicales porque interpretan que ello expresa rotundidad. No van a la raíz de las cosas sino que se mantienen en la superficie de lo espectacular, de lo que llama la atención por su macabro discurso.
Postulan la defensa de sus mártires, en especial de los que han muerto matando.
Se enfrentan a cualquiera que no comparta su confuso ideario, que mezcla lo peor de una lectura comunitarista, religiosa, pastoril y pre-industrial de la sociedad.
Se sienten cómodos con la dialéctica de "los puños y las pistolas", que ha sido siempre la dialéctica del poder fascistoide.
Se autoperciben como independentistas de izquierda. Pero no son ni lo uno ni lo otro.
Mejor sería que aplicaran sus excesos de testosterona a cortar troncos, tirar de la cuerda o cargarse grandes piedras a la espalda.
En este contexto, hablar de guerra sucia es un sarcasmo.
Debemos evitar que haya guerras, pero si se producen, lo que hay que hacer es ganarlas.
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