CAMBIO DE PARADIGMA

Focus: Economía
Fecha: 26/02/2000

Ha muerto un gran empresario, un empresario singular que apostó siempre por la innovación y por el crecimiento.

Pertenecía a una generación que hubiera hecho las delicias de Schumpeter y su teoría del emprendedor. Su carta de navegar era la "destrucción creativa".

Van quedando pocos de estos viejos empresarios, siempre dispuestos a la inversión, satisfechos con la creación de puestos de trabajo, capaces de competir en mercados abiertos, cautelosamente arriesgados, juiciosos y perseverantes.

Pero la muerte del amigo tiene en esta ocasión otro significado: es la muerte de un símbolo. Es la progresiva liquidación del capitalismo renano, una de las columnas básicas del estado del bienestar y de una manera de comprender las relaciones humanas. En definitiva, es la muerte de una moral.

Curiosamente su muerte coincide con otro tirón de la bolsa, arrastrada por los conocidos valores tecnológicos, y que deja en el camino otros valores clásicos, cimentados sobre activos sólidos, aquellos que eran de su agrado porque se habían construido en el tiempo, con esfuerzo, con imaginación, con sufrimiento.

Mal va una economía, decía Raymond Barre, que deja sus asuntos en manos de mozalbates de apenas treinta años. De chicos espabilados, trileros de lujo, que compran y venden, especulan, se endeudan, hunden una moneda y luego se consuelan con un whisky de malta.

Esta sociedad no nos gusta. Lucharemos contra ella. Es el mejor homenaje que podemos rendir a quien fue un maestro, con sus virtudes y sus defectos.
Alf Duran Corner

 

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