CAMBIO EN LA ONU

Focus: Política
Fecha: 09/10/2006

Si no se producen cambios significativos, Ban Ki-Moon , actual ministro de asuntos exteriores de Corea del Sur, sustituirá a Kofi Annan, al frente de la secretaría general de las Naciones Unidas.

Ban Ki-Moon es un hombre poco conocido en los medios internacionales, que nació en 1.944, cuando todavía el ejército japonés ocupaba Corea. Al año siguiente, Corea quedaba dividida en dos Estados, con el paralelo 38 como frontera. La población donde él había nacido pertenecía a la franja sur.

Tras la guerra entre el Norte y el Sur, que Ban Ki-Moon vivió con apenas seis años, llegó la paz, auspiciada por las Naciones Unidas. Quizás por eso, Corea del Sur es uno de los países donde más se respeta a la ONU.

Aquí surge la primera contradicción de su muy probable nombramiento. Ha sido auspiciado por el gobierno de Estados Unidos, que ha manifestado en los últimos años su más absoluto desprecio por la ONU. El mismo gobierno que ha segado la hierba a Kofi Annan, por atreverse a criticarlos en muchas ocasiones. Deben pensar que Ban Ki-Moon será un buen vasallo, habida cuenta de las especiales relaciones entre los gobiernos de Estados Unidos y Corea del Sur.

Pero a lo mejor, se equivocan otra vez. Ojalá sea así.

Ban Ki-Moon es un diplomático de maneras suaves, que ha sabido dialogar con sus hermanos de Corea del Norte y con su gran vecino China. Hombre de perfil bajo, con larga experiencia como alto funcionario de la ONU, ha expresado repetidas veces su voluntad de recuperar para la organización el prestigio perdido. El sabe que buena parte de esa pérdida corresponde a algunos estados miembros, en particular a los Estados Unidos, que siempre han interpretado que la ONU debería ser su brazo diplomático.

Hace escasos días que el antiguo presidente de Corea del Sur y premio Nóbel de la paz Kim Dae-jung, que fue el arquitecto de la reconciliación entre las dos Coreas, declaraba a la prensa : “Los neoconservadores americanos no quieren la paz en esta región. Son dogmáticos. No defienden los intereses de Estados Unidos, como lo hacía el presidente Clinton, que apoyaba nuestros esfuerzos para un diálogo pacífico, sino que permanecen obsesionados por una ideología (la de las sanciones), que no ha funcionado nunca. Ni contra Cuba, ni contra Irak, ni contra Afganistán, ni contra Irán. Presionan a Tokio para que imponga también sanciones, lo que agrava los malentendidos regionales. Estos sirven además de pretexto a la derecha japonesa para reclamar el rearme del Japón, lo que aumenta la desconfianza de China. Es una espiral muy peligrosa”.

Ban Ki-Moon, como todo oriental, respeta a sus mayores. Aboga, como Kim Dae-jung por una reunificación con Corea del Norte, pero a su manera, lenta y pacíficamente. El gobierno norteamericano es un estorbo para sus propósitos.

Sería bueno para el mundo que los estrategas norteamericanos cometieran otro error. Y van muchos.
Alf Duran Corner

 

« volver