CAPITALISMO CIBELES

Focus: Política
Fecha: 14/03/2013

Francesc Sanuy, uno de los mejores analistas independientes del Estado, calificó hace años al capitalismo imperante en Madrid como “capitalismo cibeles”. Es un capitalismo que no sabe quien es David Ricardo y cita a Adam Smith como si se tratara de una letanía sin contenido. Es un capitalismo que tiene sus fundamentos en las grandes empresas públicas privatizadas y en las empresas de obras públicas que tienen como cliente principal al propio Estado. Es un capitalismo que se alimenta del BOE y cuya máxima expresión de glamour se exterioriza en el palco del Bernabeu. Es un capitalismo que no baja a planta porque se ensucia las manos. Es un capitalismo no competitivo (ni falta que le hace), pues goza de una posición privilegiada de tipo oligopolista, con la anuencia del Estado protector.

Lo más interesante de este capitalismo es que está construido en base a la estrecha relación entre los políticos en el poder y los políticos pasados a la empresa privada. La mayoría de estos últimos no tienen ninguna experiencia empresarial, aunque ello tiene poca importancia en los cargos que representan, pues su aportación de “valor añadido” no procede de sus capacidades sino de sus vínculos. Son “facilitadores”, no ejecutivos. De hecho, las empresas del “capitalismo cibeles” tienen clientes cautivos. Cualquier medianía puede dirigirlas. De hecho, lo hacen.

La lista de estos expolíticos en activo es interminable. Desde que empezó la estafa de la Transición, el mecanismo ha funcionado a la perfección. Hay casos paradigmáticos, como el del señor Arias Salgado, ministro de Fomento con Aznar, que autorizó la fusión de la que surgió Carrefour, y que al abandonar el gobierno fue nombrado presidente de la cadena de hipermercados. O el del ministro de Hacienda con González y Zapatero, señor Solbes, que supervisó desde el gobierno el cambio de propiedad de Endesa, y que luego fue nombrado consejero de Enel, la empresa que se quedó Endesa. O el del señor Taguas, director de la oficina económica de La Moncloa con Zapatero, que fichó por Seopan, la patronal de las grandes constructoras de obras públicas.

Y en el suma y sigue tenemos a Rodrigo Rato, que después de su catastrófica gestión en Bankia ha sido fichado por Telefónica, empresa que en su día ya incorporó a destacados “directivos” como el señor Zaplana, el señor Timermans, el señor de Paz, el señor Almansa (que fue jefe de la Casa Real) y el señor Urdangarín. Por la nómina de Endesa han pasado los señores Aznar, Martín Villa, Roca y la señora Elena Salgado. Estos dos últimos están también en Abertis. Por Bankia ha pasado el señor Acebes, que es además consejero de Iberdrola. Gas Natural Fenosa cuenta con el señor González y Repsol con el señor Imaz y el señor Croissier. Vueling, filial de la quebrada Iberia, fichó al señor Piqué. En el Santander han recalado la señora Tocino y los señores Rojo (que fue gobernador del Banco de España durante la intervención de Banesto, antigua filial del banco), Matute, Rodríguez Inciarte, Pérez Renovales. Y por Acciona la señora Becerril, el señor Solana y el señor Cabanillas.

Como la endogamia no tiene límite, el hijo del señor García Margallo ha sido fichado por Telefónica, al igual que la esposa del señor Madina y el esposo de la señora Saénz de Santamaría.

Aunque probablemente el consejo más esperpéntico era el de Bankia antes de la nacionalización, con los citados Rato y Acebes, más José Luis Olivas (exPresidente de la Generalitat valenciana), Elena Pisonero (exjefa del gabinete de Rodrigo Rato), Manuel Lamela (exconsejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid), Mercedes de la Merced (exeurodiputada), Juan Chozas (exsecretario general de Empleo con Aznar), Carmen Cavero (cuñada de González, presidente de la Comunidad de Madrid), Nieves Alarcón (exesposa del senador Granados), Santiago Alarcó (excuñado de Rodrigo Rato), Claudio Aguirre (primo de Esperanza Aguirre).

Como puede comprobarse, en la corrala caben todos, hasta los ex.

Capitalismo Cibeles en estado puro.

Alf Duran Corner

 

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