CASPA
Focus: Sociedad
Fecha: 03/06/2002
El problema con la caspa es que deje de ser un conjunto de escamas blancuzcas que se forman en el cuero cabelludo de una persona, para acabar extendiéndose a la totalidad del cuerpo social.
España tiene una acusada tradición casposa y, en los últimos años, esta tendencia ha cobrado nuevos bríos.
La anécdota, triste anécdota, de que el alcalde de Ponferrada reciba una sentencia firme como acosador sexual, es la punta del iceberg de un magma sociológico que nos retrotrae a la “una, grande y libre”.
El alcalde de Ponferrada no entiende lo de “acoso sexual”, cuando él simplemente ha hecho lo habitual en el macho hispánico.
La señora Botella, que mejor podría dedicarse al cultivo de begonias, ha declarado que consideraba “impecable” la renuncia al cargo del carpetovetónico personaje.
El señor Arenas, secretario del Partido Popular, ha dicho que él no tiene nada que decir al respecto, pues es un tema que no le compete.
Lo que sí le compete es señalar que los chicos de la “Operación Triunfo” tienen los ideales que su partido siempre ha defendido.
Un selecto racimo de ciudadanos de Ponferrada han manifestado, a cámara abierta, que éste es un asunto privado que sólo afecta a los interesados.
La metáfora de la entropía (la natural tendencia al desorden) quedará de nuevo expresada en los fastos patrioteros del campeonato mundial de fútbol.
Tendrán razón los que dicen que sólo nos queda el exilio, aunque sea el exilio interior.
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