CATALÁN O TALIBÁN
Focus: Política
Fecha: 18/10/2013
El último fin de semana hemos vivido una simulación del segundo de estos dos mundos: una minoría ruidosa apenas ha llenado la plaza de Catalunya, en la ciudad de Barcelona. Han celebrado su fiesta (la de la “raza”), han expresado, como sólo ellos saben hacerlo, sus convicciones antidemocráticas y han negado, una vez más, el derecho de un pueblo a expresar su voluntad. No olvidemos su pedigrí; son herederos de aquellos que hace ya quinientos años saquearon un continente, llevando la cruz y la espada como estandartes.
Su vanidosa convocatoria ha resultado un fiasco. Habían urdido un auto sacramental, combinando la fiesta “nacional” del sábado, con la beatificación el domingo de unas seiscientas personas, muertas por los “malos” durante la guerra civil. No han podido evitar el tufo franquista del espectáculo. Por eso el proyectado auto sacramental se ha convertido en una ópera bufa. Las altas jerarquías de la Iglesia Católica Española lo acogieron con agrado, espoleando a sus cavernarios medios de comunicación (cadena Cope y 13TV) para que ensalzaran los eventos.
Han hecho las tradicionales declaraciones de españolidad. “Prietas las filas”, no aceptan más valores que los suyos. Nunca han querido dialogar civilizadamente, porque siguen anclados en una España de funcionarios y caciques que cree que el diálogo no sirve para nada.
Son una perfecta copia de aquellas sobadas películas de monjas y curas que el franquismo producía con frecuencia para deleite “de todos los españoles”. Son tan decadentes como el “NO-DO”.
