CISJORDANIA: LOS OLVIDADOS

Focus: Política
Fecha: 17/08/2024

Mientras en los países occidentales los medios de comunicación se dedican a contar las medallas que sus atletas han obtenido en las olimpiadas (en una vulgar fiesta de patriotismo canalla), los ciudadanos israelitas cuentan los palestinos que su ejército va liquidando en la ocupación y destrucción total de la franja de Gaza. Y digo los ciudadanos porque con la excepción de una minoría crítica (que merece todo nuestro solidario aplauso), el resto (aunque sea tapándose los ojos, los oídos y la nariz) está detrás de las acciones del gobierno que votó su parlamento.

Y ahora quisiera hacer una declaración personal por respeto a mis lectores, sobre todo dirigida a los que llevan muchos años siguiéndome y conocen mi talante. No acostumbro a tratar temas que no conozco. Si un fenómeno me interesa hago una primera investigación cruzando distintas fuentes, me documento, contrasto la información y luego la analizo, para acabar ofreciendo una opinión con buena base argumental. Digo esto porque estoy harto de ver como algunos buenos analistas internacionales – de los pocos que merecen credibilidad – parece que piden perdón cuando cuestionan la práctica política del Estado de Israel. Hasta mi admirado Emmanuel Todd (con una trayectoria independiente impecable) tiene que recordar a sus seguidores que es de ascendencia judía para que perdonen su atrevimiento crítico.

No es mi caso. Yo no pido autorización. No lo he hecho nunca. Digo lo que en conciencia creo que debo decir, guste o no guste a terceros. Estoy convencido de que mis reflexiones tendrían el amparo de Spinoza, la aprobación de Chomsky y el apoyo beligerante de Trotsky, todos ellos de etnia judía. No los cito por azar. Conozco su obra y su praxis política y social.

Lo repetiré como preámbulo porque estoy harto de los “tertulianos” que juegan a la confusión. El judaísmo es una etnia, una interpretación religiosa y una cultura. Es un concepto polivalente y multifuncional. No todos los israelitas son judíos, ni todos los judíos israelitas. Vayamos pues al análisis.

Tomaremos Gaza como referencia con objeto de explicar que no es un caso aislado, sino que forma parte de una política muy bien planificada, cuyo último objetivo es eliminar la huella palestina de todo el territorio que los judíos-israelitas creen que es de su pertenencia por voluntad divina.

No vamos a entrar en el relato detallado de la historia pasada porque resulta monótono. Solo unos pocos datos básicos nos situarán sobre el alcance del conflicto:

 

 

* La destrucción total de los activos físicos de la franja (viviendas, colegios, hospitales, etc.), en lo que se denomina “operación Dresde” (con referencia a lo ocurrido en Alemania al final de la II Guerra Mundial, que dejó a esa ciudad totalmente arrasada tras los bombardeos aliados).

* 40.000 palestinos muertos y 90.000 heridos.

* Además y desde octubre a junio, el ejército israelí ha producido 600 muertos más en Cisjordania, otro territorio palestino ocupado por Israel y del que apenas se habla.

 

Que a todo esto se le llame limpieza étnica, genocidio, apartheid, nuevo colonialismo o lo que usted quiera es un problema semántico. Que todavía se utilice la coartada del holocausto para justificar esta aberración, es una canallada. Que se confunda al personal incorporando al análisis la cuestión del islamismo es hacer trampas o ser un ignorante, porque ni todos los árabes son musulmanes, ni todos los musulmanes son árabes.

Y ahora ya le dejo tranquilo para que vuelva a recuperar los mejores videos de las pasadas olimpiadas. Y no se preocupe, pronto llegará la liga y todos seremos felices.

 

 

 

Alf Duran Corner

 

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