CORAJE

Focus: Economía
Fecha: 26/06/2000

Gobernar, dirigir un proyecto de cualquier naturaleza, exige, a la par que capacidad para analizar, diagnosticar y elegir el camino acertado, tener el suficiente coraje para que las cosas sucedan. En definitiva, pasar a la acción.

Ya se sabe que nunca se gobierna a gusto de todos, pero si se tiene el convencimiento de que se ha elegido el camino apropiado, hay que ir a por todas, caiga quien caiga.

El gobierno de España ha tomado una serie de decisiones con el propósito, digno propósito, de liberalizar la economía y tratar de acabar con el régimen de privilegios que algunos estamentos del proceso de comercialización mantienen para defender sus intereses.

La simple idea de regular los "horarios comerciales" tiene un gusto ramplón que hubiera hecho avergonzarse a León de Arroyal, cuando en declaraba, en sus cartas al conde Lerena, la conveniencia de quitar todas las trabas que limitaban el libre comercio.

¿Pero, a quién perjudica la libertad de horarios?. No a los consumidores, a quienes poder comprar en cualquier momento y en cualquier lugar es una ventaja adicional que a nadie molesta. No a los comerciantes, no importa cual sea su tamaño, que desarrollarán su capacidad imaginativa para romper la rutina de su, en muchas ocasiones, decadente oferta. No a los empleados trabajando en el comercio, a quienes se ofrecerán nuevas oportunidades: no van a trabajar más, sino de otra manera. No a los parados, que podrán aprovechar las opciones de fin de semana, si éstas aparecen en el mercado de trabajo. No a los sindicatos, cuya misión es velar para que se cumplan los pactos y no dedicarse a mantener modelos sociales reaccionarios.

No se obliga a nadie a que abra su comercio. El que lo haga , debe asumir sus riesgos. ¿O es que no estamos en un mercado de libre empresa?.

Pero al gobierno le ha faltado coraje. Pasar de ocho a nueve domingos al año es gobernar mirando de rabillo al tendido. Máxime cuando hay autonomías que en la actualidad gozan ya de catorce días.
Menos palabras y más coraje.
Alf Duran Corner

 

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