¿CUÁL ES EL PROBLEMA?

Focus: Política
Fecha: 27/08/2004

Los ciudadanos de este país vocinglero y expresionista tienen la costumbre de hablar de las cosas por referencias, por lo que les cuentan, por lo que han oído por ahí. Y luego construyen opiniones que tienen la solidez de un chamizo.

Se habla del “plan Ibarretxe”, pero poca gente se ha leído el borrador del proyecto. Son apenas dos páginas de un texto redactado con sencillez, que no conduce a engaño.

Con este documento, el gobierno vasco (PNV, EA e IU) pretende iniciar el despegue para una mayor independencia respecto al gobierno del Estado.

El País Vasco pasaría a ser la “Comunidad Libre Asociada de Euzkadi”, con la posibilidad de establecer acuerdos más estrechos con Navarra y los territorios históricos vascos pertenecientes a Francia.

Asociado al Estado Español, con doble nacionalidad vasca y española, doble lengua oficial (castellano y euskera) y una organización judicial independiente, que cubra hasta la última instancia.

Seguridad Social con presupuesto propio, autonomía fiscal y financiera y representación directa en los órganos de la Unión Europea (cosa esta última que escapa a las capacidades de decisión del gobierno central).

Queda para el Estado la Defensa, el sistema monetario (que es competencia del Banco Central Europeo), el régimen aduanero (que también se decide en Bruselas) y poca cosa más.

En definitiva, una etapa intermedia entre un Estado federal y una total independencia.

Si el pueblo vasco lo quiere (la democracia es el gobierno de las mayorías) no veo razón para impedírselo. Si esto puede significar una paz duradera para ese territorio, miel sobre hojuelas.

España es un país de naciones y en la medida en que el poder es supranacional (tanto en el ámbito público como en el privado) el desenganche para una mejor gestión de lo comunitario y lo local, parece una vía sensata.

Y que conste que a mi las palabras “patria” y “bandera” me producen escalofríos. Se pronuncien desde Madrid, San Sebastián o Girona.

Y lo digo desde la distancia de mi escepticismo y desde mi voluntad largamente expresada de considerarme un “ciudadano del mundo”.
Alf Duran Corner

 

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