DAVOS LA NUIT

Focus: Economía
Fecha: 01/02/2000

El foro de Davos es por encima de todo un buen negocio para sus organizadores y un escaparate que trata de promocionar en el punto de venta los últimos éxitos de la economía y la empresa.

Hay mucho telonero para pocas estrellas. La estrella por excelencia, Bill Clinton, ha sorprendido por su retórica populista en favor de los desheredados. El mensaje trata de recordar que los “grandes éxitos de la globalización” no deben ocultar las tremendas desigualdades sociales que la globalización no ha sido capaz de reducir.

Clinton sabe jugar como nadie a la ambigüedad y sus palabras guardan escasa relación con sus actos. Pero eso ya es sabido.

Lo que no es tan corriente es que el pensamiento crítico proceda de la clase ejecutiva.

Un ejemplo es el de Louis Schweitzer, consejero delegado de Renault, que tras manifestar su absoluto acuerdo en que una economía eficiente es un pre-requisito para el crecimiento, quiso enfatizar que un mercado libre y una economía eficiente “no conducen a la felicidad”.

La libertad absoluta de mercado, añadió, es como permitir que un zorro entre en un gallinero. A las gallinas no les gusta e incluso no puede ser bueno para el zorro, pues, después de comerse todas las gallinas, quizás muera de hambre.

Schweitzer acepta el darwinismo social empresarial de la economía de libre empresa, pero no que ese mismo darwinismo se extienda a los seres humanos.

Sería bueno incorporar esta reflexión a los recetarios de los chicos de Maastricht.
Alf Duran Corner

 

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