DE MAL EN PEOR

Focus: Política
Fecha: 26/04/2004

El avispero de Irak ha recibido un nuevo impulso para que un mundo que apenas se tiene en pie, acabe estallando por los cuatro costados.

Está claro que no nos referimos a la retirada de las tropas españolas. Estaba en el programa del partido que ganó las elecciones y las promesas tienen que cumplirse. Y tienen que cumplirse ya, sin más demoras. A los ciudadanos que no les guste, ya saben a quien tienen que votar la próxima vez. En cuanto a las opiniones críticas de ámbito internacional, hay que recordarles que, en democracia, la soberanía reside en el pueblo.

La noticia importante, que explica nuestra reflexión, es la sustitución de Paul Bremer, el proconsul norteamericano de Irak, por John Negroponte.

Bremer es un hombre de perfil bajo que ha trabajado en política exterior durante veintitrés años, actuando como asistente de seis Secretarios de Estado. También ha trabajado en el sector privado, en empresas como Azko, Air Products y Kissinger Associates, empresa de consultoría estratégica, de la que fue consejero delegado. Antes de tomar su puesto en Irak era el máximo ejecutivo de Marsh Crisis Consulting Company, una consultora para empresas en crisis. Quizás por esto último lo ficharon.

Había estudiado en Yale y en eso, y en su relación con Kissinger, coincide con su sucesor.

John Negroponte, actual embajador en las Naciones Unidas, puesto desde el que presionó con escaso éxito a todos los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU en la fase previa a la invasión de Irak, es también un veterano de la Administración. Está considerado un duro entre los duros.

Su carrera diplomática está plagada de episodios oscuros. En plena guerra de Vietnam trabajó como oficial político de la embajada americana en Saigón. Ayudante de Kissinger en las conversaciones de paz de París, rompió con su jefe (el halcón por excelencia de aquella época) porque estimaba que cedía demasiado antes las presiones de Vietnam del Norte.

Desde 1.981 a 1.985 fue embajador en Honduras, desde cuyo puesto cumplió su papel de cruzado anticomunista contra el gobierno sandinista en Nicaragua y los rebeldes del FMLN en el Salvador. En ese período la ayuda militar de Estados Unidos a Honduras pasó de apenas 4 millones de dólares a 77 millones.

Documentos desclasificados de aquella época demostraron que centenares de hondureños fueron secuestrados, torturados y muertos por el Batallón 316, entrenado en Estados Unidos, con el velado consentimiento de la embajada de Estados Unidos.

Este hombre, con una mentalidad de “guerra fría”, había ya declarado ante un comité del Senado en 1.981 : “Creo que debemos hacer lo que sea necesario para impedir que el resultado trágico de Vietnam se repita en Centroamérica”.

Queda alguien cuerdo y con poder en Estados Unidos para parar tanta insensatez ?.
Alf Duran Corner

 

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