Focus: Política
Fecha: 18/12/2015
La vicepresidenta del gobierno señora Sáenz de Santamaría tiene la costumbre de ratificar con su expresión facial (una sonrisa contenida, aunque malévola) sus declaraciones verbales. Últimamente parece que se lo pasa muy bien, sobre todo cuando recuerda a la Generalitat de Catalunya sus “obligaciones” o cuando autoriza a su escudero señor Montoro para que entregue la remesa retenida del FLA, remesa que corresponde a parte del dinero previamente requisado de los tributos pagados por los ciudadanos catalanes. Quizás se ríe porque conoce el disparate del modelo de financiación y le divierte la histórica tomadura de pelo a Catalunya y a los catalanes por la España que ella tan bien representa.
Hay que tener muy claro que detrás de las pantallas de plasma tras las que se oculta el señor Rajoy se halla la señora Sáenz de Santamaría, que es el auténtico mando operativo del barco. Hay que centrarse en ella.
Nacida en Valladolid en 1971, hija única de una familia de clase media, estudió Derecho en la universidad de su ciudad natal y luego hizo oposiciones, como es tradicional en la Castilla profunda. Abogada del Estado con el número 2 (promoción del 99). En el año 2000 se incorporó como asesora jurídica al equipo del señor Rajoy, en aquella época en funciones de vicepresidente del gobierno del señor Aznar. Y desde entonces, a su lado. Su fidelidad es inquebrantable, como ya manifestó a la cadena Ser el 25 de marzo del 2008: “Que el jefe nos ponga a trabajar donde quiera”.
En su dilatada trayectoria destacan episodios especialmente atractivos, como el haber sido, junto a su colega Federico Trillo, la persona que preparó el recurso de inconstitucionalidad contra el Estatuto de Catalunya, aprobado por el parlamento español en el 2006. Una razón más para su sonrisita.
Aunque su principal aportación a la “causa corporativa” ha sido la abundancia de nombramientos, para puestos claves de la Administración Pública, de Abogados del Estado y de Técnicos Comerciales del Estado (siempre las oposiciones), que han llegado a conformar una especie de “gobierno en la sombra”, bajo su particular supervisión. Este colectivo forma parte de lo que el señor Iglesias describió como “la casta”.
Pero, ¿de qué se ríe? ¿Cómo queda España tras sus cuatro años de gobierno? Veamos algunos indicadores:
¿Pero, de qué y por qué se ríe? Quizás es un tic que no puede controlar. No se sabe. Lo que sí se conoce es una de sus mejores ocurrencias, que sus hagiógrafos tienen archivada, cuando dijo el 18 de marzo del 2009: “Hacer de mala me sale natural, me gusta ese papel”. Será eso.