DEBERES Y DERECHOS
Focus: Sociedad
Fecha: 18/02/2002
Nuestra generación, que se crió en la posguerra, tenía todos los deberes y ningún derecho, excepto el de sobrevivir en una sociedad sometida a los dictados de la miseria económica y social.
Peor lo tuvo la generación anterior, a la que muchas veces se le negó el derecho a la vida, no sólo en las trincheras de una guerra cainita sino en los paredones de una ciudad cualquiera, en aquellos amaneceres oscuros de revancha y crueldad.
Unos pocos, siempre son unos pocos, continuaron luchando para ganar unas libertades mínimas y tratar de compensar tanto deber con algún derecho.
El crecimiento económico de los sesenta (una metástasis incontrolada e incontrolable) trajo bajo el brazo un atisbo de libertad política, a costa de muchos esfuerzos.
Luego vino la democracia, tras la peripatética muerte del dictador. La mayoría silenciosa empezó a reclamar derechos, que la Carta Magna hizo suyos, en un alarde de generosidad y ambigüedad.
Las generaciones más jóvenes han dado por sentado que tienen todos los derechos, por el simple hecho de haber nacido en un país que forma parte de la burbuja privilegiada de Occidente.
El culto al “yo”, potenciado por los medios, ha dado paso a un vigoroso colectivo de personas (hablar de ciudadanos es una entelequia) que exigen todo a cambio de nada.
Hemos pasado de un extremo al otro. La democracia es justamente el equilibrio entre deberes y derechos. Entre lo que aporto y lo que recibo.
Ahora que se ha puesto de moda hablar de asimetrías, merece la pena que prestemos atención a ésta antes de que se transforme en una asimetría estructural.
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