DESVERGÜENZA

Focus: Política
Fecha: 11/05/2012

O falta de vergüenza, insolencia, descaro, desfachatez, cinismo…

Así podríamos calificar las intromisiones del Partido Popular en la vida política catalana. Tampoco es que esto sea algo nuevo, pues siempre se han destacado por su catalonofobia. Se enfrentaron a nuestro mini Estatut, alimentaron a los magistrados retrógrados del tribunal constitucional, incordiaron e incordian con el tema de la lengua castellana (que encima maltratan en la práctica), tratan de quitarnos competencias, y un sinfín de iniquidades.

Pero últimamente han pisado el territorio y han verbalizado su extraña comprensión de la realidad. Eso sí, todos nos quieren mucho.

Primero vino la señora Pastor, que, como es funcionaria de Sanidad, la han nombrado ministra de Fomento. Recordó, por si nos habíamos olvidado, que de los 4.400 millones de euros comprometidos para la red de Cercanías, sólo se han ejecutado 352. Quizá por eso en los presupuestos generales del Estado para el año 2012, se asigna a esta partida apenas un 10% de lo ejecutado. También prometió muchas reuniones.

Luego vino el simpático señor de Guindos, que es ministro de Economía y Competitividad, y cuyo mérito más acusado es que habla inglés con cierta fluidez. El señor de Guindos nos ha avisado que “eso del déficit fiscal es un asunto mucho más complejo de lo que podemos percibir por el pago de impuestos”. Pues que bien. Esto pasa por estudiar economía y finanzas en un anexo para pijos. También añadió que “el problema de Catalunya no es de balanzas fiscales, sino de dificultad de acceso a los mercados de capitales”. Sí señor. Pero, ¿a que no sabe porqué Catalunya no puede acceder a los mercados de capitales? Pues justamente porque su Deuda Pública es muy abundante gracias al drenaje sistemático de recursos del gobierno central. Lógica elemental del primer grado de bachillerato.

Y ya en el éxtasis, y aprovechando la alegría del congreso del PP en Catalunya (¿Por qué no lo celebran en Burgos?, se lo pasarían mejor), ha llegado también la vice: señora Sáenz de Santamaría. Y nos ha declarado su amor, diciendo que “hemos de trabajar unidos, limando diferencias y buscando puntos de encuentro…”, “que el gobierno español está volcado hacia Catalunya, y le da todo su apoyo financiero, político y económico…”. En definitiva, que siente pasión por nosotros.

La clase política catalana ha escuchado impertérrita todos estos discursos y, con las excepciones de siempre, se ha quedado tan ancha.

Todos estos requiebros no son más que boleros, y yo los boleros los bailo con quien quiero y cuando quiero, y no tengo porqué ser políticamente correcto.

Pura desvergüenza.

Alf Duran Corner

 

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