DINERO Y CREENCIAS

Focus: Sociedad
Fecha: 26/10/2007

La Iglesia Católica (como institución) ha gozado en España de enormes privilegios a lo largo de toda su historia.

Algunos ingenuos pensaron, al igual que sus abuelos republicanos , que con la democracia esta situación cambiaría. Y no ha sido así, porque la Iglesia Católica española no está dispuesta a ceder sus posiciones y pretende continuar como poder en la sombra que “tutela” el comportamiento de los ciudadanos.

Para ello cuenta con un aparato propagandístico, bien pertrechado, dispuesto a enfrentarse a cualquier medida que cuestione su ideología, por mucho que esa medida tenga el refrendo de la representación popular.

La pregunta es quién lubrica ese aparato para que goce de tan buena salud. Y en este caso la respuesta es muy simple: todos los contribuyentes.

El Estado, a través de la administración central, autonómica o municipal, transfiere a la Iglesia Católica unos cuatro mil millones de euros (unos 650.000 millones de pesetas). La “ cuota de fidelidad a la causa ”, es decir, la asignación tributaria que los fieles atribuyen a su religión, sólo significa unos cien millones de euros (un 2,5% del total). El resto procede de las arcas de la mayoría de los ministerios, consejerías autonómicas y entes locales.

En “roman paladino”, como gusta decir al señor Rajoy, es dinero de todos los ciudadanos, sean católicos, episcopalianos, agnósticos, librepensadores o ateos.

Y esto lo ejecuta un gobierno que se autoproclama aconfesional, en un país constitucionalmente laico. Una vergüenza.

El colmo de este disparate es que la Iglesia Católica española utiliza parte de ese dinero para atacar al gobierno que le financia.

A esto en Catalunya le llamamos “ser cornut i pagar el beure”.

Si alguien no lo entiende o no lo quiere entender, que se provea de un buen diccionario.
Alf Duran Corner

 

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