DIRECTORES CORPORATIVOS
Focus: Empresa
Fecha: 22/06/2007
En la fauna empresarial siempre se ha prestado mucha atención al título de la tarjeta de visita, aunque en ocasiones el título no responda a los contenidos reales del puesto de trabajo.
En la protohistoria del “management”, la gente circulaba sin tarjetas, aunque todo el mundo sabía quién era el “encargado”, quién el contable y quién el vendedor.
A medida que las empresas crecieron y se sometieron a la racionalidad de los procesos y sistemas, se empezaron a repartir tarjetas entre aquellos que eran los representantes de la empresa: director comercial, director de marketing, director financiero, etc.
Pero algún emprendedor listo o algún manager inteligente, decidió un día hacer de la tarjeta un vehículo para complementar en especie la remuneración pecuniaria. A partir de aquí se extendió el uso de la tarjeta, aunque su portador sólo pudiera mostrarla a amigos y familiares.
Ya teníamos inflación de tarjetas y todos tan felices.
Pero los gurús acechaban y sus sucesivos planes de reestructuración ampliaron el abanico de las posibilidades: director de información, director de conocimiento, jefe del talento, director de responsabilidad social corporativa, etc.
Se sigue la vieja teoría de que “la función crea el órgano”.
Ahora la “clase ejecutiva” es muy extensa, en especial en las grandes organizaciones, y ello produce confusión. Y esa confusión se exterioriza y afecta al mercado. Porque cuando un cliente tiene un problema, no sabe con quien hablar para que se lo resuelva. ¿Con el de servicio al cliente, con el de postventa, con el que lleva mi cuenta, con el de relaciones públicas, con el operativo?.
En la protohistoria, se hablaba con el “encargado” o con el dueño, y nada más.
Por cierto, ¿quién diablos se ha inventado lo de “director corporativo”?.
« volver