ECONOMIA DE MERCADO
Focus: Política
Fecha: 13/05/2004
Los poderes fácticos hablan profusamente de la economía de mercado, de la libre empresa, de la “mano invisible”, aunque nunca hayan leído a Adam Smith.
Este es un país tramposo.
Por eso ocurren cosas como la denuncia de un partido (Convergència & Unió) sobre un informe de la Generalitat de Catalunya respecto a los medios de información y su talante.
Hemos leído este informe. Nos parece razonable en el diagnóstico. Las recomendaciones (la terapéutica) no es de nuestra incumbencia. No vivimos, ni nunca hemos vivido, a instancias del poder público. El pesebre no va con nosotros.
Por eso nos creemos con el derecho a opinar. Sobre todo cuando se habla de fondos públicos, que proceden de los impuestos que los ciudadanos, todos los ciudadanos honrados, han pagado a lo largo de los años.
Resulta vergonzoso que el gobierno de la Generalitat, presidido por el señor Jordi Pujol, haya concedido subvenciones a determinados grupos mediáticos. Grupos mediáticos privados. Esto es simplemente intervencionismo, dirigismo político. Basura.
Profesionales honestos los hay en todas partes. También de los otros. No hay razón pues para rasgarse las vestiduras.
Que el grupo Godó haya recibido en el año 2003 subvenciones por un importe superior a seis millones de euros (más de mil millones de pesetas) es una vergüenza. Y lo es porque este dinero es nuestro y con este dinero se pueden hacer muchas cosas para el bien de la sociedad.
Quien haya confeccionado este informe es irrelevante. Lo importante es la confirmación presupuestaria de este gasto.
Se comprende ahora que los titulares (a página entera) de “La Vanguardia” y las editoriales del señor Antich, director de ese rotativo, durante las semanas previas a las elecciones catalanas, pudieran confundirse con la hoja dominical de Convergència & Unió.
A tal señor se debe tal honor.
Lo demás es cháchara.
